Las vacunas llegan tarde
y pocas.
Echan a perder muchas.
También reportan perdidas
otras.
Es difícil el oficio de la esperanza
aquí donde pasa todo
y no pasa nada.
Una foto no salva,
un olvido condena.
Qué poco importa
lo que debería importar tanto.
Sonríen sobre lágrimas
ajenas
sin pudor
sin vergüenza.
En la fila
brazos dispuestos
al punzón de la aguja.
En la fila promesas
amontonada sobre anhelos.
Vuelva usted mañana
que los termómetros de Dios
están fallando.
Vuelva usted mañana
que la sombra ensombrece
y el virus
no conoce toque de queda.
Han vacunado a los amigos
del dueño
se la jeringa
vuelva usted mañana.
Cuando conoces la mirada
del muerto
ves todo muy distinto.