La tristeza me conoce; viaja conmigo en el mismo taxi, ninguno de los dos dio alguna dirección al conductor y sin embargo aquí vamos. Tengo el pulso frágil. La noche en vela no da firmeza. Y esta ruta, por corta que sea, es demasiado larga.
Conozco la tristeza; me mira desde el espejo. No hablo del miedo, el temor o el desconcierto, hablo de la tristeza que también se viste con mis ropas y sale a la calle vestida de mí saludando a mis amigos como si fuera yo en un tono menos alegre. Ella, la más presente de mis ausencias se llama tristeza.
Ahora mismo está sentada en esta silla en que me siento yo y usa mis manos para secarme las lágrimas y al menos ese gesto se lo agradezco. Tengo los lentes empañados porque está lloviendo aquí adentro pero en verdad pocos deseos me quedan de mirar más allá de lo que no puedo esquivar. En el cine hay buenas películas, en el noticiero hay malas noticias y ninguno de los dos asuntos me importa. También me duele el dolor.
La tristeza es fría como el viento chiquito de la muerte que sólo puede sentirlo quien está cerca. La tristeza besa con labios fríos y te asfixia. La tristeza debe ser mala madre porque por algo será que no quieres conocer a sus hijos. Pero no te creas que la tristeza es mujer, también es hombre y habla incluso con esta voz mía, yo la escucho incluso pronunciando un silencio.
Yo sé qué medidas tiene la tristeza: cuánto mide, cuál talla de zapato calza, cuánto pesa… yo encajo perfecto en esos números. Hoy no me llamo Juan, incluso mi nombre lo ha tomado ella. Hoy me llamo Tristeza.
"La tristeza viene, se presenta y se sienta a mi lado, es lesa esta triteza. Yo la conozco, parece como esas amigas que llegan cuando nadie las espera y para revolverlo todo. Toma mi corazón, lo apreta un poco, y susurra a mi oído, invade la música y la llena de ruídos. Ella no quiere que la olvide, me deja a veces pequeños instantes de consuelo pero siempre la lesa, siempre vuelve a tocar la puerta. A veces logro escabullirme, arrancarme, pero tambien me canso de correr y me quedo sentada y le doy ventaja. Hay momentos que llega con soberbia, solo para restregarme en la cara que lo que yo he tenido por seguro es una ilusión, que la calma no es más que una isla en que se puede estar, pero donde la marea sube y puede llevarse todo de un momento a otro. Como tsunami, como personas tiradas en la playa, como ahogarse, porque la triteza es del agua, es de agua en los ojos, es como diluirse, es de gotas que caen, de los ojos, del alma y de los zapatos. Es de los terrenos inciertos."
ResponderBorrarPero mi Juan. yo pasando tempranito por acá antes de irme a trabajar y con lo que me encuentro. Dejo mientras, besos y abrazos endosables a usted, para cuando los precises. No deje que la tristeza anide mucho tiempo en tu pecho.
La tristeza es esa huella que en nuestras manos abandona la felicidad cuando, sin saber cómo no por qué, la perdemos... y se queda suspendida en el aire, justamente en el momento en que la amargura la define con un cosquilleo, con una vuelta de tuerca, con un temblor. Verás como esa tristeza se te pasa pronto, Juan. Te mando un abrazo muy cálido para que te sientas mejor. Y un beso grande.
ResponderBorrarLa tristeza te acompaña si le permites un lugar en tu existencia. Cuando me visita, trato de ver todo lo bueno y alegre que me rodea, trato de rescatar los pequeños éxitos de mi vida y la sonrisa llega para alejarla.
ResponderBorrarNo sé si te servirá, pero no la dejes mucho contigo, porque se instala y no se va más.
Un abrazote.
"La tristeza debe ser mala madre porque por algo será que no quieres conocer a sus hijos."
ResponderBorrarEste escrito... just great. Me encantó.
Parece que los dos pasamos una noche muy larga...
Triste.
ResponderBorrarTriste.
Hay un espacio triste en cada uno.
No sé qué color tiene. No sé por dónde llega.
¿Dejará algo que sirva?
¿Pagará sus arriendos?
Me gusta la sabiduría con la que observas tu tristeza.
ResponderBorrarEs importante tener claro que la tristeza no eres tú y que tú no eres la tristeza... así como tampoco eres la alegría o la ira, que también te poseen en otros momentos... es importante tenerlo claro, pero es más importante sentirlo... Sentir que ellos actúan de forma independiente, que te toman a su antojo, cambian tu mirada y toda tu expresión y pueden incluso dominar tus pensamientos y tus actos. Pero por mucho que hagan: ellos no son tú.
Espero de todo corazón que te sientas mucho mejor muy pronto.
ANTONIA
A veces la tristeza nos visita, incluso por un tiempo decide instalarse con nosotros... Pero es algo momentaneo, simplemente una compañera de viaje más. Al cabo de un tiempo vuelve a hacer las maletas y emprende un nuevo viaje dejando paso a la ilusión.
ResponderBorrarSolo espero la ilusión no tarde mucho en venir a hacerte compañia.
Mil besos.
Por que te llegó la tristeza?... por dónde se te coló? El escrito... mágico y con unas imágenes clarísimas y hermosas con toda la personificación de la tristeza pero... más allá... más allá está juanito triste? por qué?
ResponderBorrarMi hermano!!!
ResponderBorrarQué decir...
Queda uno sin palabras...
Que palabra se entiende en medio del llanto...
El alma hace el amor con el cuerpo.
Que don tenés vos mi Juan que cuando te escribo siento que estoy leyendo la vida.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarla que yo conozco es una dama hermosa, pero no me quiero enamorar de ella, siempre ronda por ahí, se para en la puerta de mi casa y yo la dejo entrar, se instala unos días y se aburre y se va, yo la dejo ir, otros ojos me miran y me dejo tentar...
ResponderBorrarJuan no te enamores de la Tristeza, dejala pasar y toma de ella la inspiración poetica, pero luego dejala seguir... puede ser una chica muy mala
7:57 PM
La tristeza solo debe estar de paso. No permitas que se quede contigo porque luego será dificil hacerla desaparecer.
ResponderBorrarUn saludo, Juan
Pasaba a dejarle un abrazo, uno alegre, a ver si la dama esa va entendiendo que con cariños se puede uno ir ganandole terreno.
ResponderBorrarA veces sólo queda sentir la tristeza y aprender a amarla, entendiendo que ella sólo existe por la alegría.
ResponderBorrarA veces sólo queda sentir la tristeza, pero sabiendo que nosotros somos la que la tenemos y no ella a nosotros.
A veces, sólo queda sentirla y, tal vez, compartirla con esa mano amiga que está dispuesta a entender nuestra tristeza.
Simepre me ha gustado como escribes. Un abrazo
Hoy me siento como vos, ya sabés por qué. Hoy te llame con las lágrimas en el rostro y la voz cortada. Hoy llegué a tu casa y tus palabras cálidas, siempre oportunas me dieron un poco de tranquilidad. Tan necesaria para sobrellevar el dolor, tanto dolor.
ResponderBorrarGracias juanito porque sos mi ángel, sos mi hermanito, el mismo que me nombró y que siempre me dice que el fin del mundo no hay llegado a mi corazón.
Gracias,
Marcela
leerte es un placer
ResponderBorrares una buena cardioterapia (te estripa el corazon y te saca las lagrimas) cuando la tristeza es la unica compañia y uno se siente solo a pesar de estar rodeado de gente, seguro vos lo dirias mas bonito.
en alguna publicacion dijiste "...y en el rostro de un niño con la inocencia intacta encuentro un motivo mas para respirar", yo tambien lo siento asi y siento ke tus palabras que son reflejo de nobleza y amor- que dan la señal de ke en el mundo aun hay cosas muy buenas como vos- tambien son un motivo mas para respirar, gracias
Menos mal nunca puede ser infinita.
ResponderBorrarUn abrazo.
A TODOS/ ...mientras escribo esto todavía Ella está conmigo, sin pudor meveo llorar en lugares insólitos. Nunca entendí tan bien a Charly García componiendo "La hija de la Lágrima" como en este momento. Mi cuerpo me ha enseñado el lugar exacto donde queda el alma porque ahí me está doliendo mucho. Sin embargo este abrazo de tantos que jamás he visto (ustedes muchachos, ustedes muchachas), este cariño que me han dado sin conocer siquiera mis motivos también puede llamarse alivio. Con cada palabra de aliento me sieto bendecido. Gracias a todos por esta generosidad...
ResponderBorrarHe quedado sin aliento, sin palabras, sea cual sea tu pena, este abrazo sincero para aquel que nos ha llenado de emociones, de recuerdos, nos ha hecho pensar, reir y llorar.
ResponderBorrarJohanilla
"Perdón por la tristeza", tú no tienes que decirlo.
ResponderBorrarAhora entiendo tus preguntas y lamento mi ausencia en esta tarde de lluvia.Sin querer consolarte te abrazo y sólo puedo decir: tú que lloras, déjala correr.
Yo he tenido que aprender a amarLa, tú lo sabes y has estado allí... Un poco de tristeza heredamos en el alma y en la contradicción nos abrazamos... ya sabés como termina.
Un beso siempre en esa alma que te duele.
... yo creo que nunca se va, es de esos infinitos que realmente son eternos, ..., aveces siento que soy una con ella, la misma; otras aveces no quiero que se vaya por que en medio del dolor me hace reconocerme intacta, como soy (eterna como ella).
ResponderBorrarDe todas formas no quiero poner demasiado empeño en que se quede a vivir conmigo; creo que el secreto es no pelear con ella, pero tampoco rendirse a su antojo (gracias por las lágrimas que también empañan mi corazón, y que me recuerdan donde queda el alma y por que es importante llenar de aire el infinito -para volar, para respirar-)
... yo creo que nunca se va, es de esos infinitos que realmente son eternos, ..., aveces siento que soy una con ella, la misma; otras aveces no quiero que se vaya por que en medio del dolor me hace reconocerme intacta, como soy (eterna como ella).
ResponderBorrarDe todas formas no quiero poner demasiado empeño en que se quede a vivir conmigo; creo que el secreto es no pelear con ella, pero tampoco rendirse a su antojo (gracias por las lágrimas que también empañan mi corazón, y que me recuerdan donde queda el alma y por que es importante llenar de aire el infinito -para volar, para respirar-)
Te asomas al espejo y ves a la tristeza que lleva tus lentes y tiene puesta la mascara de Juan. Pero lleva tambien los zapatos de Andrés y un petalo del alma de Maria T y el recuedo de la que ya no está -y es solo eso- y la camisa de 11 varas de el cobarde cuyo nombré no me se... y asi.
ResponderBorrarLa tristeza toma tu lugar porque necesita de una digan voz... Gracias por dejarla entrar y hablar por tu boca
todo pasa negrito...todo!!! ella viaja con vos o vos con ella el tiempo necesario despues vos decides si te subis a un carrusel o a un carro de rodillos.
ResponderBorrar...
¿tirsteza?
ResponderBorrarHe levantado el brazo intentando parar ese taxi. Me gustaría subir para poder ir los cuatro (tú, tu tristeza, yo y la mía) en la cabina del coche, en silencio, tristes... pero sabiendo Juan que está acompañado.
ResponderBorrarUna vez dentro, noto el frío intenso, veo cómo cada respiración se convierte en vaho helado y cómo los cristales del coche se empañan. Ya apenas veo el paisaje. Efectivamente, la tristeza de mi poeta es jodidamente fría.
Entonces decido hacer lo que tú me enseñaste en alguna otra ocasión, Juan, cuando te sentaste a mi lado, me cogiste de la mano y me diste calor al corazón.
Que llueva lo que sea necesario. Ni más, ni menos. Y mientras, recibe este abrazo. No será un paraguas, pero sí una manta tejida con ternura (de la mejor calidad, óigame usted).
Y ojo. Porque cuando las dos tristezas se apeen del coche -que lo harán- tú y yo nos iremos a tomar una cerveza. Y a bailar.
Tequiero.
Paula
esa pena basica, diría para mí, que siempre esta aunque estemos felices, al menos a mí me pasa, no es una cosa de depresion o de falta de sentido del humor, es algo basico, el dolor de existir, o no sé como llamarlo, pero yo entiendo
ResponderBorrarMe encantó este escrito, parece que sin conocerme lo hiciste a mi medida. Es un monstruo que pisa fuerte.
ResponderBorrarSaludos, Monique.
Yo tambien me llamo tristeza :(
ResponderBorrar