Ciertas palabras no deberían ser escritas. Ciertas palabras no deberían ser leídas. Ciertas palabras no deberían ser vividas, porque no hay palabras que puedan realmente darle significado a algo que no tiene sentido. Secuestro. Secuestro. Secuestro. Dentro nuestro sólo rima con siniestro.
Acaba de regresar a la vida un exministro secuestrado hace seis años; la historia de Araújo es la de un hombre que fue vendido para ser crucificado y regresó de la muerte con el rostro de un cristo en penitecia. Se fugó de sus captores, -la guerrilla que no es guerrilla y se llama FARC- y que lo compró a unos comunes delincuentes comunes que lo secuestraron y ellos le pusieron luego un precio imposible para no devolverlo, para negociarlo, para sentenciarlo al olvido. Y de allí huyó en su segundo intento. En el primero había fracasado y fue amarrado a un árbol durante siete meses. Nunca sufrió Sindrome de Estocolmo porque alguien que te mira con un arma en sus manos no puede ser tu amigo. Y el silencio, que era su refugio, hizo añicos en sus cuerdas vocales y era doloroso recuperar palabras para decir cuando llevaba meses de callar. Se lo llevaron recién casado y regresó para ver que su esposa ya tenía otro esposo. Ahora se desatrasa de noticias: alguien le muestra imágenes de dos torres caídas en Nueva York y de una guerra y otra, del campeón de fútbol, del hijo que era un niño y ya se gradúo, del trabajo que tenía y ya no, del planeta que siguió girando en su ausencia porque entre tanta muerte la vida nunca dijo stop.
Esa es la historia de uno apenas pero no sólo es la de él, en mi país son un número incierto -mayor a dos mil, casi tres mil personas- pero cuando secuestran a alguien no es el nombre de alguien a quien se llevan; secuestran la tranquilidad de toda una familia. Ya puedes hacer la multiplicación en el dividido país que nos resta vecinos a la vez que nos suma preocupación. Sé que han bajado las cifras de crecimiento de este sucio y necio negocio pero se suman los días de los mismos que no están mientras a las mismas montañas llegan algunos más.
Aquí desaparcen incluso los desaparecidos.
¿Qué crimen hay peor que este rapto de quitarte la vida pero dejarte vivo para ser testigo y no protagonista de lo que deberías haber vivido? A esta hora, en una mesa de un hogar cualquiera, se sientan a comer mientras una silla vacía espera con la esperanza de no perder la esperanza.
Sácame de aquí, llévame a un lugar donde mi corazón tenga eco cuando lo escuchas latir.
Definitivamente prefiero las noticias de este país en tu blog.
ResponderBorrarLina Maria dice:
ResponderBorrarcuando estaba leyendo tu noticia de un secuestro... se me encogio el corazón... me gustó mucho... refleja lo que yo siento... es duro... es, es la verdad
Ojalá nunca dejemos de quejarnos ante esto. Que recordemos que hay miles de casos que pasan de largo y que sólo son un número en las estadísticas. ¿Cómo se atreven a robarles la vida? ¿Por qué insisten en darle un sentido político a un delito tan atroz?
ResponderBorrarTus palabras lo pueden decir mejor, pero la pregunta es la misma. Hay peor crimen? No, no creo.
ResponderBorrarNamarí
estoy completamente de acuerdo con tu escrito de Araujo y de todos...pusiste en tus palabras muchos sentimientos de indignacion, tristeza y vida que se me incrementaron con todo esto que le pasó a nuestro ex ministro
ResponderBorrarMe gusta mucho como escribís
Me gusta mucho como sentís
Me gusta mucho como compartís
A TODOS/ Ciertas historias deberían ser ficción por definición. Sin embargo muchas veces abre el cielo y llueve una tormenta que no es amor. Estúpido primer lugar en la estadística mundial este que llevamos, como si el secuestro fuera otro deporte nacional.
ResponderBorrarUn sabio dijo "los Hombres somos tan estúpidos que una violencia repetida termina por parecernos un derecho" Helvetius.
ResponderBorrarNo solo tu, ¡todos!, tenemos que expresar el sentimiento de indignación ante la barbarie. ¡NO MAS!, que se oiga a viva voz.
"El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro". Martin Luther King
Qué triste que pase esto. Qué triste que se multiplique.
ResponderBorrarLeer esto me deja con la sensación de que no existe mejor manera de luchar contra la desaparición que impedir el olvido, el atontamiento, la alienación. Mantener esa silla vacía, es una forma de resitir. Una manera de sentar al otro en medio de nuestro cotidiano, un homenaje, como los pañuelos de las madres en plaza de mayo, como las fotos que cuelgan del pecho de los familiares de los detenidos desaparecidos en mi país,como mantener un blog en que podemos hablar de quienes no están estando tanto.
ResponderBorrarGracias por tus palabras allá. Eres muy bienvenido.
Un beso Juan.
Gracias...
ResponderBorrarExtrañaba tu palabra.
¡Lleguè a temer lo peor!
Hasta la palabra secuestro se te escucha clara. ¡No nos prives de ese placer!
TECEO/ a no bajar las manos, a no callar, a no dejar que el fuego se apague y a recordar que Mahatma G. tenia razón: "el ojo por ojo nos va a dejar a todos ciegos". Con gente como vos, incluso en las horas más frías, imposible sentirse solo. Gracias.
ResponderBorrarLILIANA/ Ciertamente hay historias que no deberían ser escritas pero ya escritas es necesario repetirlas para que el olvido no nos lleve a escribirlas otra vez como si sucedieran por primera vez. Sólo así derrotaremos la tristeza con la potencia de una palabra que no nos pueden quitar: Dignidad.
SIEMPREALSUR/ Los miércoles al mediodía, siempre, frente al Parque Berío en el centro de mi ciudad se reunen Las Madres de La Candelaria. A veces voy allí a acompañarles la soledad y busco ayudarlas amplificando su voz en las estaciones de tv en las que trabajo. Cada cierto,cuando se habla menos de ellas, vuelvo para que se hable un poco más porque para muchas son parte del paisaje, tanto que son invisibles después de tanto verlas.
Abrir los ojos, abrir los ojos, abrir los ojos. De eso no podemos cansarnos jamás. Gracias por tus palabras acá. Eres muy bienvenida.
un beso Siempre
viví el secuestro de un hermano y de verdad no hay mayor angustia. La muerte, te da la "tranquilidad" de saber a tu ser querido en un lugar tranquilo y que su sufrimiento no fué mas del que necesitó para morir. El secuestro tiene en su haber, 1000 palabras que acaban con la vida de quienes siguen en casa: tortura, hambre, frio, dolor, angustia, miedo, desesperanza, impotencia. El secuestro es una muerte colectiva, donde aún nadie ha perdido la vida. Es tan desagastante que llega el momento en que preferirias saberlo muerto.
ResponderBorrarQue dolor de patria hay por estos dias y que tantos faltan para curarlo.
PALA/ Mi silencio no es el de los desaparecidos, no me han secuestrado la voz. es el ritmo de los primeros días que me apartaba del computador pero aqui estoy. Gracias, gracias te doy.
ResponderBorrarANA OSPINA/ tus palabras son el testimonio del dolor y la fortaleza. Conmovedoras y ciertas. Nada más que pueda yo añadir sino leerte una vez y otra vez y otra vez después y vos compartiendo con nosotros ese fuego que alguna vez te quemó. Y leerte una vez y otra vez...
Hay palabras que deberían de carecer de significado y siendo así
ResponderBorrarno deberían de existir lo que representan
Besitos
Pd: Gracias por tu visita y tus palabras en mi blog.
Vaya que esta cruda la cosa por alla, en verdad que es una lastima que las cosas sean asi.
ResponderBorrarGracias por la visita y los comentarios alentadores,
nos seguimos leyendo.
uffff... pasé a agradecer tu visita y me quedé pegada leyendo, es que la palabra secuestro me parece tan lejana y sin embargo, me da miedo hasta decirla, saludos, c.
ResponderBorrarVolví, para contarte de un amigo que tengo en tus tieras, que estos días habló de algo similar.
ResponderBorrarhttp://opinayactua.blogspot.com/
Un abrazo Juan, estamos en contacto.
DARILEA/ Mejores palabras merecen nuestros labios, es cierto. Gracias por la visita. El puente está hecho, ya lo hemos cruzado
ResponderBorrarFABCOB/ Crudas son las cosas que se cocinan aquí y en este pueblo largo llamado latinoamérica entera. Afortunadamente esas no son las únicas historias para contar, para dibujar. Leyéndonos entonces seguimos.
C/ Gracias por cruzar los mapas hasta aquí vía link. Que esta palabra y tantas más estén más lejos de cada quien. Ojalá.
SIEMPRELESUR/ Amiga, gracias por el alimento. Afortunadamente en esta voz no estamos solos. Volvé querida, no dejés de volver...
Ya dejé un caminito de mi blog al tuyo, seguiré viniendo y no me perderé.
ResponderBorrarYa sabía yo que sabía. Siempre el SUR, siempre liando.
ResponderBorrarSecuestrada la persona, no podemos dejar que nos secuetren la voz. Miles de personas, y aunque fuera una sola.
Latigazo en medio de una sociedad que duele, que avanza, retocede y llora.
¡Qué vamos a hacer? ¿Vamos a seguir en casa?
Gracias por el impulso.. y bienvenido en la oficina, vuelve por favor.
El secuestrado es una mercancía,
ResponderBorraruna novela, un drama, una esperanza
un recuerdo, un adiós, una elegía
un comodín, un peso en la balanza
La pesadilla de ésta horrible noche
Una entre mil imágenes macabras
Una fotografía, un libro, un coche
El eco de las ultimas palabras…
Un titular, un flash, otro en la lista
La huella de la ausencia –omnipresente-
La impresión, en los ojos del autista,
de la futura viuda de un agente
y el joven reportero que entrevista
Cuéntenos mi señora: Que se siente?