viernes, junio 20, 2008

(Nómadas involuntarios)

VÍCTIMAS. Biografía de la melancolía.


Colombia tiene 3´300.000 personas desplazadas por la violencia (refugiados de guerra) que caminan país adentro su tristeza profunda. El más numeroso del planeta. Parias de su pueblo que sueñan con la tierra perdida y que quieren regresar al lugar de donde nunca debieron huír... Dejo aquí 2 miradas con los mismos ojos sobre el retorno necesario.


UNO

Volver no es un tango, es un sueño mil veces repetido. Dicen algunos que los muertos vuelven sobre sus pasos antes de partir. La verdad es que muchos vivos quisieran volver sobre sus mismos pasos para seguir viviendo, porque ya están cansados de partir. En el Nuevo Diccionario Cotidiano la necesidad de cambiar la palabra Desplazado por Retornado es ya una urgencia. Volver, volver, volver a ese lugar en el que no está el cuerpo pero si el cariño y todo aquello que llamaban destino. Todavía eleva sonrisas una cometa, todavía vuelan cartas, todavía las palomas llevan mensajes a los que no ves. Todavía es tiempo porque creemos en la dignidad y en la vida.

El retorno, el eterno retorno, lo lleva una canción silbada, un sueño de medianoche, una conversación de vecinos, el sabor de una receta hace años aprendida, el mismo vestido de la huída… Ellos, estando aquí, vuelven a su pueblo todos los días cuando la imaginación y la nostalgia se encuentran en la misma vía. Y la esperanza no se cansa de esperar el día en que se pueda regresar.

...Tantas cosas suceden a un corazón de distancia.

DOS

¿Cuántos recuerdos me llevan de vuelta al lugar donde partí? acostumbro en las noches regresar a mi cama, la que dejé hace tiempo, cuando me acuesto en esta otra cama y mientras duermo regreso en sueños a ese lugar que para mí se llama paraíso. Salimos de allí sin querer, salimos buscando paz y lo más parecido se llama Pacífico, donde todos los días la vida también está por empezar. Aquí tengo una casa que no es igual a la que llamaba hogar pero que es lo único que encontré cuando di todo por perdido.

No quiero que me digan Desplazado, no quiero que luego me llamen Retornado… sólo quiero que mi nombre sea suficiente para ser parte de mi pueblo, allí donde todos somos familia sin importar el apellido. No quiero que me descubras en listas negras, quiero que me encuentres trabajando en la vereda y seguro te invito a que nos tomemos juntos un cafecito, un aguadepanela.

¿Sabés? quiero volver a donde sea cierto que es verdad lo que pudo ser.


9 comentarios:

  1. De sedentarios pasamos a ser nómades. Lo más triste, Juan, es que una vez que te vas, no regresarás nunca más al mismo lugar que dejaste.
    Viví 20 años en otra patria, también obligada por las circunstancias. Volví a la mía, donde después de 10 años logró reconocerme. Pero mi corazón quedó partido en aquel otro país donde dejé amigos y costumbres que fui adquiriendo cuando viví allá.
    Así de duro es. Así de triste...

    ResponderBorrar
  2. Los que llegan tienen que volver. Nada tan imperativo como eso.

    ResponderBorrar
  3. Ni reinsertados, ni retornados, ni reparados. Ninguno de esos "res" son posibles. Habría que pensar en algo mas para que nadie se sienta estafado. Porque la plata no devuelve la gente, ni la reinserción la paz, ni la tierra el hogar. Habría que hablar de recomenzar que al fin y al cabo es la única opción.

    ResponderBorrar
  4. ... ha de ser por la distancia, pero no veo que mi país se mueva ni un centímetro hacia resolver este horror. Nuestra vacuna es la indiferencia y esa vacuna es pólvora.

    ResponderBorrar
  5. Anónimo5:25 p.m.

    LILIANA/ tus palabras tienen el peso de quien las ha vivido lo suficiente para escribirlas con el dolor exacto de pronunciar: Exilio.

    ESTEBAN/...mientras tanto la propaganda oficial dice: Vive Colombia, viaja por ella...

    ResponderBorrar
  6. Anónimo5:28 p.m.

    ANDRES/ Es difícil, siempre, volver a empezar el párrafo que sigue al punto y aparte. Imagino el dolor del punto y apártate.

    PALA/ mi optimismo emparenta con el tuyo

    ResponderBorrar
  7. ey!, privados de la libertad, todos de algún modo.

    ResponderBorrar
  8. Anónimo12:15 p.m.

    colombia, el riesgo es que te quieras quedar... dicen por ahí pues...
    kronfly

    ResponderBorrar
  9. Anónimo5:03 p.m.

    Quedo muy pensativa con lo que escribes.

    "Casualmente" ando haciendo un trabajo de la Universidad acerca de la desnutrición como problemática social en el Asentamiento "Altos de La Torre"; y nos hemos encontrado con que detrás de algo tan complejo como no tener para comer, está algo aún más difícil de abordar que es el desplazamiento de las personas que en dicho Asentamiento "habitan".

    Sigo admirando tu trabajo.

    Att: Catalina.

    ResponderBorrar