Equilibrista de palabras, palabrista. Junto silencios para llegar a un poema que no alcanzo jamás.
miércoles, noviembre 11, 2009
INVENTOS
El invento más estúpido del hombre es la guerra. Y sólo hay algo más peligroso que una guerra: sus fantasmas… los mismos que llevan vientos de miedo fronteras adentro cuando se escuchan labios afuera. Suele suceder que quienes invitan al combate no abandonan nunca su escritorio y tampoco el púlpito desde el que pregonan la fe en las batallas. Nada más absurdo que pensar en este (y en cualquier momento) en un asunto que los diarios titulen mañana como “Venezuela vs Colombia” y que no sea la reseña de lo sucedido sobre una cancha deportiva. Bombardeo de diatribas alimenta llamas que no calientan ningún hogar. Nada tan conveniente para un mandatario con problemas internos reflejados en las encuestas en las que baja su popularidad (y creen más en ellas que en los índices de crecimiento y desarrollo). Recuerdan en el sur aquella cosecha de mal vino bebido en Malvinas en mil nueve ochenta y dos. En los días de conflicto interior resulta sospechosamente conveniente buscar un enemigo que no se arrope con la misma bandera, aunque los colores sean tan los mismos.
Los hay quienes llevan tormentas en los bolsillos y sólo esperan el primer verano para dejar ver sus peores lluvias. Amenazan el clima de un hemisferio llevando consigo una suerte de calentamiento global portátil.
No hay escudos distintos a la diplomacia para los ataques de saliva, con municiones recargables, del vecino que desplaza sus tropas de peones de ajedrez a cercanías con Cúcuta. Y, quién creyera, el único argumento que Chávez tiene a mano sólo podría ser citar la doctrina Bush de "guerra preventiva"; algo más que una ironía para los diccionarios de la vida.
Azaroso azar inventarse una guerra en mal tiempo y mal lugar.
viernes, octubre 09, 2009
Qué lindo color negro tiene hoy la blanca paloma de la paz
Pues hoy ha dinamitado (como aquella otra invención de Alfred Nobel) la noticia del Premio Nobel de Paz para Obama. Yo, como la mayoria del mundo afuera de Estados Unidos, voté espiritualmente por él (si una cosa así pudiera existir) y claro que tengo simpatías hacia quien puede encarnar Diferencia y Esperanza pero en este momento no entiendo al jurado que lo confiere como apuesta por lo que no ha sucedido y no por la vida consagrada y con resultados en tal encomieda. Esto sucede justo en el momento en que el gobierno norteamericano se alista a robustecer el pie de fuerza en Afganistán, Irak ve lejos en los calendarios la retirada y la despedida del pelotón US Army y Cuba sabe que todo está por pasar pero todavía no. Igual están en camino los que dormirán mañana en alguna de siete bases militares de acento inglés en suelo bajo cielo colombiano...
Hoy hablamos del Nobel Prize, mañana sabremos del Nobel Price... Barak Obama apenas comienza la ruta de los cambios que lleva en la cabeza y que palpitan en su corazón, pero creo que le han otorgado el Premio Nobel de la Paz sólo por ir a a trabajar a la oficina.
lunes, agosto 31, 2009
El video. La lágrima. Las palabras cautivas. La selva detrás de un plástico azul. O verde. O un cuerpo de cuerdas como red trenzada de angustias. Los hombres de rostro pálido por paludismos y sequías de hambre recitan el mensaje a sus familias mirando a una cámara en frente que les apunta de la misma manera que el fusil de quien les graba el testimonio que nombran como prueba de vida pero que no es más que una constancia de que existen los fantasmas, porque se les ve como muertos respirando desde ese lugar oscuro que llaman secuestro. Los uniformes. Los saludos a los hijos que escucharon crecer por radio. Los encargos a las esposas, a los primos, a los padres, a las hermanas. Las gracias a los vecinos. La tristeza posible. Los abrazos rotos. Uno a uno nueve seres humanos desfilan con su sombra de ausencia a consignar que le temen más al olvido que a la misma selva. Policías. Militares. Once años algunos. Nueve años otros. Nadie les devolverá ese tiempo. Y no estarán más cerca por mucho que repitan una y otra vez los mensajes personales por tevé. Mensajes que me hacen cambiar de canal. Y que los veo tan íntimos que no comparto el morbo de pasarlos por cadena nacional. Trapitos limpios para colgar en casa y no via satélite para atrapar con rating el placer de los voyeuristas del dolor. El video. La lágrima. Las palabras cautivas. Voces entrecortadas. La selva detrás de un plástico azul. O verde. O un cuerpo de cuerdas como red trenzada de angustias...
Hoy los rostros del rapto volvieron a hablar: General Luis Herlindo Mendieta, Capitán Enrique Murillo Sánchez, Coronel William Donato, Sargento Arbey Delgado, Coronel Edgar Yesid Duarte, Mayor Elkin Hernández , Sargento Luis Alberto Erazo, Intendente Álvaro Moreno ,Cabo de Ejército Libio José Martínez. Que me alegra que se alegren sus familias pero hoy no quiero ver su dolor en directo a full color. Intimidad rima con dignidad, también con privacidad.
Por hoy prefiero eso, nada más.
martes, agosto 11, 2009
(Paz sin Fronteras en Cuba)
La canción de Juan
¿Hace cuánto tiempo la palabra Cuba no estaba en los diarios afuera de la misma Cuba y Miami? Sólo por eso, por la mirada que vuelve para bien sobre todos los males es que un concierto asi vale la pena. Qué vengan ahora toda la discusiones que luego llegarán las canciones y con ellas más ojos sobre una isla que tendrá una oportunidad para decir lo que todos los días le han mandado callar. “Paz” no es el sonido contrario al estruendo del estallido de un cañón. Crash like a bomb. Y decir “Sin Fronteras” en un lugar donde se quedó a vivir un abismo es proponer un puente. No será sólo la música de Juanes, con él irán varios de los que desde este lado de la libertad tampoco se pueden ver con sólo querer (¿saben lo que cuesta un boleto para un concierto?) Claro que la Plaza de la Revolución no es un lugar cualquiera y ése concierto no será uno cualquiera en las fechas estampadas de una camiseta de gira. No es cuestión de gustos musicales. Claro que es un gesto político y a la vez una evidencia: el futuro ya empezó. No es algo que vendrá después.
Habrá que recordar que somos el continente del olvido. Por eso mismo la memoria de Cuba importa.
Ya veremos lo que Juanes diga entre canción y canción.
Pero primero hará lo que sabe: cantar
y el mundo escuchará ese coro
Ese día la Plaza estará llena
lunes, julio 20, 2009
Hoy es el día en que conmemoramos (¿celebramos?) la independencia en Colombia. Día patrio, fiesta nacional, que nos recuerda que siendo tan distintos algo nos hace iguales. Y así de pronto recuerdo que de pequeños cantábamos con verdadero entusiasmo esa parte de nuestro himno que dice "pero el bien germina ya" y hoy todavía buscamos esa cosecha. Por ahora, mientras veo a Aterciopelados por tv, pienso que esta canción es buen retrato de los días que vivimos.
DIA PARANORMAL
(Aterciopelados)
Hoy se doblan cucharas, se derrite el glaciar y
se arreglan las leyes para politiquear,
se despierta el casquete polar,
abrimos hoyos al ozono espacial,
al Edén lo convierten en paraíso fiscal,
y se siembra la tierra con mina personal,
y el último bosque tropical,
lo compró la multinacional
Hoy que día es, día paranormal, así es hoy,
ojalá que acabe, hoy que día es,
día paranormal, hey hey ho, quiera Dios que acabe
Hoy se extingue el chigüiro, en completa impunidad
y medimos el tiempo fuera del ciclo lunar,
los canales de televisión,
nos construyen nuestra humilde opinión,
se desocupan los ríos, para el agua embotellar,
y se espantan las gentes de su
casa legal, cortinas de humo ocultan la verdad,
y la memoria nos quieren borrar
Hoy que día es, día paranormal, así es hoy,
ojalá que acabe, hoy que día es,
día paranormal, hey hey ho, quiera Dios que acabe
día paranormal, hey hey ho, quiera Dios que acabe
jueves, junio 25, 2009
Hace días no escribo nada nuevo aquí. Hoy tampoco, aunque debería. Entonces miro a enero 27 de 2007 y de allí saco este corto cuento corto que hice en aquella fecha. Ayer, hoy, lo mismo da.... porque hay hombres que son mucho más que eso: son una época.
CUANDO MICHAEL JACKSON ERA NEGRO
Tenía ganas de hacer gol. Era domingo y quería volver a casa con una historia para contar. Un cuento donde yo sería el héroe que acababa de salvar el mundo con el poder de una zurda imparable, la tribuna cantaría por mí como los ángeles repitiendo en coro el verdadero nombre de dios. Pero siempre entrábamos a la cancha con el marcador en contra, así fuera apenas el primer minuto. Debí desear ser boxeador: me va mejor golpeando a mi sombra pero esa, por entonces, no era una opción. Los domingos tienen el aire de los días que no deberían terminar. Aunque han pasado años prefiero la mañana del domingo a la noche del viernes aunque no traiga los besos que fácilmente te dan. Salía a la cancha con la firme intención de ser Kempes o Tarantini, que mis jugadas fueran el orgullo que hace que tus padres olviden que al principio de la historia no sabían qué hacer con la noticia de estar embarazados de ti. Necesitaba un gol, entonces miré cerca del arco y allí estaba: era tan bella que dolía mirarla como dicen por ahí, y antes que Fito Páez sospechara la frase escribí en mi cabeza: Yo no buscaba a nadie y te vi.
Algo estaba cambiando definitivamente y era un punto sin retorno, nunca volvería a ser el de antes. Ahora el mundo que anteriormente estaba dividido entre niños y adultos comenzaba a tener variaciones en mi conciencia… ahora existían las niñas y las mujeres. Y por supuesto no estoy hablando de mi madre y mi hermana. Esto fue una revelación y puedo jurar que la tierra empezó a girar más despacio ese domingo, al menos para mí.
Michael Jackson era negro. No sé si algunos de ustedes nacidos-después-de-cierta-fecha lo sepan, no sé si algunos de ustedes nacidos-después-de-cierta-fecha sepan quién es Michael Jackson. No te hablo de un pedófilo desnarigado que viste en E! Entertainment Television. El era un artista fundamental que influenció a todos y a los demás también; el hijo legítimo de James Brown y Stevie Wonder… además nos dio We Are The World y muchos le creímos aunque los gobiernos se rieran de nuestra genuina ingenuidad.
El caso es que mientras Michael Jackson era negro, brillaba en el firmamento pop como la más grande estrella, yo estaba en la tierra notando que algunas mujeres son fugaces y eternas como los cometas: pasan por tu vida con esa luz inolvidable que no dejas de mirar para dejarte luego en el cielo más oscuro esperando a que vuelvan. Yo jugaba fútbol, que era un asunto de hombres, necesitaba un gol para contar una bonita historia y cerca de la portería -ya lo dije- estaba Ella como tiro libre al corazón y ya no recuerdo el marcador.
Desde ese día pedí ser arquero pero si hubiera sido necesario incluso habría sido árbitro. Michael Jackson pidió ser blanco y creo que ahí todo se jodió. Al domingo siguiente me sudaban tanto las manos que cada balón me resbaló y no escuché mi nombre... sólo el grito de otro que nunca seré yo con el eco del gol. Y ella, como el cometa que nunca vi dos veces, ella por supuesto no volvió.
domingo, mayo 31, 2009
dos días a bordo de la palabra Víctima
Las víctimas estaban reunidas también para llorar al escuchar su propia historia repetida en otros nombres con otras voces y el mismo dolor. Las mujeres de aquí dicen lo que no cuenta nadie más porque el silencio se quedó a vivir entre los muertos. En sus ojos encuentras la misma mirada que guarda a la vez tristeza y valor. Las cámaras buscando la sonrisa de los príncipes de España mientras las lágrimas empañaban algo más que el corazón. Amenazados, heridos, sobrevivientes, traumados, exsecuestrados, desplazados, rotulados, parias todos del nuevo siglo aquí se han encontrado bajo la bandera de los sin bandera y muchos con la duda como certeza.
Aquí se encontraron los invisibles para ser vistos, los que están por doquier, llegaron de la Ruanda de hoy y del Chile del pasado, llegaron de tantos lugares en los que pretenden un mejor mañana, salidos de adentro de todo calendario que empieza en 11 de un mal mes y de geografías que sólo están en el mapa de las malas noticias.
Esta es la casa de las heridas abiertas.
Su cicatriz se llama memoria.
martes, abril 28, 2009
EL VIRUS DEL FIN DEL MUNDO
Estornudas miedo. No toques, no beses, no estreches la mano, no ofrezcas la otra mejilla, deja las calles desocupadas para que las habite el temor, aléjate de los aeropuertos, evita los puertos, quema los pasaportes, ponte un tapabocas y no respires más el aire empacado al vacío de los supermercados. La segunda ciudad más poblada del mundo también puede convertirse en un desierto.
Vacío el salón de clases. Vacía la parada del bus. Vacío el estadio Azteca. Vacía la biblioteca y el parque también. Vacía Plaza Constitución. Vacío el escenario sin ninguna canción. Vacío cada centímetro del metro y vacíos también los estantes de la farmacia del barrio.
La literatura como presagio. Todo lo que vió Julio Verne se llamó novela fantástica, lo que fabuló Saramago ahora se llama noticia. Algo a medio camino entre Ensayo sobre la ceguera y Las intermitencias de la muerte me cruza por la cabeza y el pecho cuando paso por las seis letras de decir: M é x i c o.
Y no hay frontera que detenga allí la paranoia que se contagia con la lectura del periódico de esta mañana y las voces de la radio de esta tarde y la imágenes de televisión esta noche. Emergencia es la orden oficial. Muertos los muertos no hay quien los llore en medio del estado de pánico general. Cambiaron cementerios por laboratorios y ese es el lugar al que van los cuerpos a descansar.
Un frío como de soledad recorre el trópico y tantos lugares más mientras la Organización Mundial de la Salud dice que el avance del virus no se puede detener ya y alguien pide a los ateos que, por dios, ayuden rezandole a la virgen de Guadalupe. Se escucha el tango de la herida mortal, que ensaya una estrofa fatal: epidemia y pandemia no son difíciles de rimar. En alguna granja porcina no falta quien tenga temor a la hora de ir a la marranera para alimentar al cerdito más tierno que había conocido hasta ayer. Hoy el reality no será el suceso del rating mundial, por un día le ha ganado la realidad.
Hoy no busco a Chavela Vargas con un bolero falaz porque en mis oídos Michael Stipe no deja de cantar: It's The End of the World as We Know It (And I Feel Fine).
domingo, abril 26, 2009
(Pabellón de fusilamiento)
EL EMPEDRADO
En el fondo creemos en Dios más de lo que admitimos. Las desgracias naturales (actos de Dios), terremotos, maremotos, lluvias torrenciales, volcanes en erupción y toda clase de fuegos devastadores, nos provocan, al menos por un instante, sentimientos verdaderos de compasión y solidaridad, de empatía con los sufrientes y en ocasiones sacan del fondo de nuestros distraídos corazones, actos o al menos gestos de conmovedora generosidad. Incluso los actos del demonio, los brutales ataques de los distintos terrorismos que en el mundo son, y hasta los crímenes espeluznantes de los demonios sin causa y de a pie, producen más consternación que ira y nos funden en un abrazo con el dolor ajeno. Nuestros propios problemas (las obras del hombre) nos llevan directos a levantar dedos acusadores, a hacer más leña del árbol caído o por caer, que a pensar en la reconstrucción de la cabaña.
Ante los problemas que podemos enfrentar, y ya han dicho los sismógrafos que los terremotos son causas perdidas, apenas se escuchan posibles soluciones, o al menos intentos reales de avanzar juntos frente a las desgracias comunes. Todo lo que se lee y ve a diario son acusaciones salvajes, desprecios constantes y esa vieja máxima política que lo zanja todo amenazando al contrario con el catálogo de su propia torpeza, cuando no con su lista de agravios o su certificado de penales.
No es raro que entre eso que llaman el pueblo llano (que tampoco sé muy bien qué es exactamente) crezca el desasosiego, cuando no la más absoluta desconfianza hacia aquellos encargados, no sólo del escarnio del adversario, sino también, y perdonen la ingenuidad, del verdadero esfuerzo por mejorar el empedrado.
Ante las distintas reuniones del poder se amontona la ira de aquellos que detestan un sistema del que no son más que la parte ruidosa y silenciada. Una bella paradoja.
Parece ser que, en opinión de la reina de Inglaterra, también se había colado algún ruidoso dentro (algunos señalaban a Berlusconi), pero el asunto no es ése.
Es de suponer que la frustración de quienes gritan en la calle es similar a la frustración de quienes sólo han sabido recientemente gritarse entre ellos desde los púlpitos de los medios. Tampoco estaría de más que se contase el número del descontento y se le diera un representante legítimo para que se frustrasen todos juntos.
También los bolcheviques entraban en los palacios, aunque creo recordar que no por estricta invitación, pero eran otros tiempos.
No estaría de más, me parece, que estas reuniones del sistema contasen con al menos un delegado antisistema, aunque esto pudiera generar incómodas contradicciones en el seno de su no movimiento.
Todo en esta vida conlleva ciertas responsabilidades, incluso la anarquía.
En fin, no hagamos sangre con quienes gritan fuera por no tener voz dentro.
Lo cierto es que los líderes del mundo casi libre se sonríen entre ellos en el extranjero, porque saben que al regresar a sus casas la pelea no será contra las fieras que devoran a los ciudadanos, sino contra las fieras que pretenden robarles la confianza de sus súbditos.
Ahora que el mundo es una tienda cerrada, no deja de ser enternecedor cómo unos y otros luchan por hacerse con las llaves de tan siniestro negocio.
Ya que el suelo parece seguir dispuesto a abrirse bajo nuestros pies a su antojo y que el cielo se caerá sobre nuestras cabezas cuando le dé la gana, no sería mucho pedir que empleáramos un poco del tiempo de nuestras plegarias en rezarnos a nosotros mismos.
Sacarnos los ojos no nos está llevando muy lejos.
RAY LORIGA 26/04/2009
PUBLICADO POR EL PAÍS SEMANAL, PERIÓDICO EL PAÍS www.elpais.com
martes, abril 14, 2009
90 Millas
Cruza la esperanza en el primer vuelo de mañana.
Pasarán los días y escucharemos una nueva canción. Aquí hay bonitos primeros acordes.
Patria también es ese deseo de regresar.
lunes, abril 13, 2009
BALADA DE LOS POEMAS DE INVIERNO
Este hombre no era un hombre: era un espejo. Reflejó su tiempo que también es el nuestro y le dió aire nuevo y también vida a la palabra poesía. Murió en domingo de resurección. Justo así nos deja, como en un haikú. Un tango de Gardel lo llevó a la noche y la noche se le quedó adentro dias enteros y de allí nacíó tanta luz en Mario Rivero. Fue (y será) de Envigado como Fernando González y supo volar en su propio viaje a pie. Tuvo la sana costumbre de no ser costumbrista en sus escritos y abrió una puerta y tantas ventanas por las que hoy día muchos no se cansan de cruzar porque sus versos no buscaban a la luna sino al esquivo calor de una bombilla: ese domesticado sol chiquito que también sabe dejarnos en penumbra por un instante. Como esta partida.
Ha muerto un poeta.
Uno de los de verdad.
UN HABITANTE
-por Mario Rivero-
Este hombre no tiene nada que hacer
sabe decir pocas palabras
lleva en sus ojos colinas
y siestas en la hierba
Va hacia algún lugar
con un paquete bajo el brazo
en busca de alguien que le diga
"entre usted"
después de haber bebido el polvo
y el pito largo de los trenes
después de haber mirado en los periódicos
la lista de empleos
No desea más que donde descansar
uno-por-uno-sus-poros
Hay tanta soledad a bordo de un hombre
cuando palpa sus bolsillos
o cuenta los pollos asados en los escaparates
o en la calle los caballitos
que fabrica la lluvia feliz
Y dentro en la tibieza
las bocas sonríen a la medianoche
algunas se besan y atesoran deseos
otros mastican chicles y juegan con sus llaves
crecen los bosques de ídolos
y el cazador cobra su mejor pieza
sábado, abril 11, 2009
Triste luto en las peluquerías
Después de Miguel de Cervantes sólo está Corín Tellado, dicen los noticieros y periódicos de esta tarde. A veces me pierdo en el mapa del gusto popular. Y si la voz del pueblo es la voz de dios entonces es verdad que las telenovelas guardan la palabra sagrada en este lado del mundo: esta nueva biblia se ha escrito con la misma tinta con la que Tellado hizo correr ríos que se convirtieron en el más rentable de los océanos (viene aquí el punto donde se habla de 400 millones de ejemplares vendidos después de publicar cuatro mil novelas) títulos tantos que se convierten en olvido de la misma manera que las revistas donde se publicaba cada mes, otra vez, otra nueva “novela inédita de Corín Tellado”. Vanidades es esa revista que trae a manera de folletín cada historia de culebrón nacida de la febril imaginación de esta mujer con aire de condesa y más pródiga que cualquier Balzac.
Vanidades, qué nombre tan bien puesto.
Aquí no valen mariposas amarillas ni regiones transparentes... nadie ha sido tan leído en nuestra lengua como ella. Una mujer sin biblioteca grande ni amiga de presidentes y sin premios en la repisa pero con esa bella habilidad de invitar a leer a los que poco leen y de echar aceite a la máquina de imaginar. Ella, la novelista romántica como le nombran en los obituarios por publicar, punta del iceberg de lo que Vargas Llosa llama “literatura menor” conoció el éxito mayor que tantas obras de literatura (¿acaso mayor?) no verán por fuera de un círculo chiquito de unos pocos buenos amigos.
El romanticismo entonces no es una época, ni una escuela, ni se escribió en alemán. Ya entiendo.
Frente al ataúd – catafalco, diría ella - sería justo ver en el camposanto a sus tantos deudos venidos desde Telemundo, Televisa, Caracol, Erreceene, Venevisión y Telefé con sus ensayadas lágrimas naturales, aprendidas según libreto.
Pero no estarán allí.
Habrá tristeza por Tellado, no sólo entre sus editores, sino en las salas de espera de consultorios varios y, claro, entre perfumes, aceites y tijeras en peluquerías vacías que cantan una balada triste por Corín.
Radioreloj está en todas partes
jueves, marzo 12, 2009
MAMÁ
Mamá despierta cansada después de descansar. Siente que desde lo oscuro vendrá un golpe contra toda tranquilidad y ningún ángel podrá protegerla, sus hijos hemos olvidado los rezos que ella nos enseñó y sólo podemos ensayar a cubrirla con un abrazo para espantar los espantos. Ella tiene el cabello negro pero algunas angustias blancas. Es mucho más joven que lo vieja que se siente. Y se sienta a cubrirse a veces de un frío chiquito que es capaz de quemarle las entrañas, que le trepa por las piernas y hace estación en sus rodillas. Pero debo decir que igual la he visto sonreír bailando tango, silbando un recuerdo, fumándose los días. Con la memoria puesta en un barrio y en un pueblo que hasta el olvido dejó atrás. Me gusta cuando ríe contando historias con nombres que no conozco.
Algunas lágrimas también son su manera de contestar el teléfono. Recién levantas el auricular y ya estás empapado en esa tristeza que viaja por el cable delgadito que va hasta la pared de su casa que también es la urna de un encierro.
La escucho, sé que en sus ojos habita un naufragio. Entonces, otra vez, nos echamos al agua sin saber nadar para intentar llegar a la vecina orilla.
viernes, febrero 20, 2009
ENORMÍSIMO CORTÁZAR
Los hay así: Gigantes. No sólo con las manos sino con las letras, con el aire escondido en el pulmón esperando una próxima bocanada de jazz.
Los hay así: Enormes. Como los dedos que se golpeaban torpe y dulcemente con el teclado de una vieja Olivetti buscando algo que nadie había perdido y que aún hoy extrañamos tanto.
Los hay así: Eternos. Como las páginas que vuelves a visitar y todavía te guardan asombros y siempre son tierra nueva y no importa cuántas veces las hayas leído logran dejarte con sed porque tienen tantas formas de leerse que siempre encontrarás párrafos con secreto.
Los hay así: Imposibles y sin embargo perfectamente reales como el fantasma de su ausencia veinticinco años después.
Los hay así: Imborrables como el eco de una voz prisionera en el grabador que trae esa erre pronunciada entre el paladar y la historia que le da un acento de todas partes y ningún lugar que le deja colgando algunas frases en la barba y que tu rescatas sin temerle a esa lúcida mirada de loco que lo gobierna.
Los hay así: Cronopios que caminan con la alegría intacta entre Famas y Esperanzas que llevan consigo el frio del peor invierno que vendrá.
Los hay así… ¿los hay? No, no los hay. Sólo hubo uno: Julio Cortázar.
lunes, febrero 16, 2009
...last night on earth
La mañana después no habían cucarachas en el cuarto, ni kafkas en los espejos.
Todas las canciones estaban escritas en una escala que su voz no podía alcanzar y nunca aprendió a silbar bien por tanto la música ya era asunto de otros y no el suyo. Desde esta orilla cualquier río parecía un mar porque tampoco decidió jamás que aprendería a nadar. La vida era un toro dispuesto a cornearle en el pecho y desde la barrera sonreían sus amigos del club antitaurino. Se puso su mejor sonrisa y salió a la calle a buscar una bonita excusa para regresar a casa de la misma manera que algunos chicos evitan hacer bien la tarea para intentar una ausencia en la clase siguiente. Aún así el sol insiste en brillar de oscuras maneras y castiga con todo fervor la insolencia de tipos como él: dicen que prefieren la luna pero dejan sus vampiros en los bolsillos.
Perdió las horas no sabe dónde, no sabe cuándo. Encontró algo del tiempo perdido en un bar al final de la tarde donde todos los vasos estaban medio llenos y los besos medio vacíos. En la esquina, sobre la barra, un televisor sin volumen vomitaba noticias mudas para los ojos de nadie. Todos los clientes allí eran habituales, una pequeña familia que cambió lazos de sangre por un poco de alcohol y venenos varios que aman pero odian cuando llega la resaca. Las miradas que habían de encontrarse ya lo estaban haciendo, los billetes que debían cambiar de manos ya lo hacían, las luces por apagar estaban todas encendidas. Entonces, unos tragos más tarde, decidió irse a buscar la ruta de vuelta al lugar donde nadie lo esperaba para escuchar esa historia que no tenía para contar.
La mañana después no habían cucarachas en el cuarto, ni kafkas en los espejos.
miércoles, enero 28, 2009
EL TEMA DEL DIA
Se levantan en la mañana a preguntar si el señor dijo que quería volver a sentarse en la silla de la que aún no se ha levantado. Preguntan por el giro y la órbita que un país lleva alrededor de un ombligo. Hablan, dicen, especulan, saben, callan, vuelven a preguntar. Dicen que ese es el tema del día, que a nadie le preocupa otra cosa en el país. Dicen que las flores esperan la noticia para dar los colores que saben dar. Incluso algunas gotas de agua han quedado suspendidas en el aire en espera de la decisión pública del señor que todos se han acostumbrado a escuchar como elude su pregunta universal.
Pero el país no es ese lugar que está esperando un gesto, un guiño, un slogan, una tercera venida del redentor. El país es un lugar que no cabe adentro de los noticieros porque en los noticieros no caben ni las noticias (entre los boletines del ministerio de defensa, los del partido oficial y la espera por el gol del miércoles y las novedades de las telenovelas de todos los días). El país es ese sitio donde el conductor del colectivo sabe que cruzarse un semáforo en rojo tiene una multa que equivale exacto al nuevo salario mínimo con el que su familia encara el mes y aún así acelera para intentar que el próximo pasajero lo acompañe y haga una diferencia en su economía.
El país de verdad no está en ningún titular de los que hacen los que se levantan a preguntar si el señor quiere volverse a sentar en la silla que aún no ha dejado, porque ese país está en el llanto de un niño nacido hace unas horas delante de su madre que aún es una niña de doce años. Ese país que está en la contabilidad fantasma que evapora presupuestos con el calor de la corrupción en tantos lugares de la costa caribe y en el rostro de la fotografía pálida de un pendón de un desaparecido que guarda su madre junto a sus ropas en un cajón. También en la fila de los jubilados esperando la pensión que se encuentra con la de la lista de espera en la sala de emergencias del hospital de al lado. Tantas cosas suceden a un corazón de distancia si lo escuchas palpitar: un chico emocionado en la escuela descubre que el mundo va más allá de donde lo había imaginado, otro más se entrena solitario para competir mañana por su país aunque su país no lo sepa, tantos juntos están levantando la tierra del último derrumbe en la carretera que no está en los mapas de los que hablan en la radio para dar paso al bus veredal.
En este país del que les hablo una beca está por cambiarle el destino a una familia y un hombre se ha echado encima la tarea de legalizar un barrio. Aquí las apuestas de una comunidad están en mejorar la escuela y conquistar un comedor comunitario. Claro que también está el jefe que logra que cada quincena llegue el pago a sus empleados y la abuelita que cuenta historias de cuando todo esto eran mangas mijo mientras al mismo tiempo, a cientos de kilómetros y sueños, en la orilla de un río se detienen a beber con idéntica sed los guerreros de un bando y de otro separados apenas por la belleza de una montaña y unidos por el mismo deseo de abandonar la guerra. En ese país empiezan a rodar otra película nacional que, esta vez, no contará una historia sicarial y un hombre con años en los ojos mientras camina en un parque se pregunta cómo habría sido su vida si hubiera viajado, si se hubiera atrevido.
El país, el de verdad, no está preguntándose ahora si el que no se ha ido volverá… simplemente se levanta a trabajar. Algún día alguien hablará por ellos y se preocupará por lo que preocupa de verdad.