Delante de ti
está el iceberg.
Cierras los ojos.
Piensas que no verlo será suficiente
para que desaparezca.
Que tus pasos no te engañen:
caminas sobre la cubierta del Titanic
de tu vida.
Toda esa música de baile que escuchas hoy
después será tu marcha fúnebre
sin cambiar
el compás.
Te acarician mientras te apuñalan.
Así son las nuevas tragedias.
Han aprendido
los beneficios de la sutileza.
El mar de tus posibilidades
es un océano helado,
lo sabes,
ya has ahogado tus esperanzas allí.
aunque parte de ti insiste en respirar.
Vete a dormir
tal vez un sueño te distraiga
y sientas paz
Mañana no será martes.
Mañana será naufragio
una vez más.
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