lunes, julio 22, 2013

PIOVE



Lluvia en la ventana
Gota a gota
Como música que cae de las nubes.
Y me dice tu nombre.

miércoles, marzo 27, 2013

PARA LLEGAR A TU ORILLA


Frente al mar
dos perros juegan a correr por una pradera imaginaria
                                                         que cambia con cada ola
como un paisaje fugaz, irrepetible
Un hombre negro mira una cámara que lo mira
y se ve como una sombra sonriente que lleva una flor en su cabeza
La bahía es de los guardianes que custodian una tarde con olor a salitre
Algunos sueños han aprendido a nadar
                                   para llegar a tu orilla.

martes, marzo 26, 2013

HOY DESPERTÉ EN UNA CIUDAD DORMIDA

Hoy desperté en una ciudad dormida, dijo
Eso fue el día antes de la noche en que volvió al inmenso azul
Esa caricia de agua y calma que le besa los pies
Estar en el mar. Ver el infinito. Respirar, dijo.
Los pasos húmedos, las manos limpias,
la misma sonrisa en labios y ojos
Viajar es una forma de ser feliz, pensó.

En la orilla de un país distinto, tan cerca de un sueño distante
el cielo es el mismo, nos cubre igual.
La mitad del mundo queda en el fin del mundo, dijo.
eso fue en la ciudad dormida
que despertó con ella
Justo en el meridiano en que se cruzan recuerdos y olvidos.

Un libro para leer, un libro por escribir
lleva por equipaje
Ha vuelto a la playa esta mañana por esas caricias de sol
Y en la arena la esperan dos palabras que no borra la espuma del mar
dos palabras que dicen su nombre:
                                                        Te extraño.



viernes, febrero 22, 2013

SANGRE


La sangre, la sangre, la sangre. Todo lo que fue verde ya era rojo. La sangre, la sangre, la sangre. Todo lo que fue vida ahora era muerte. La sangre, la sangre, la sangre. Yo nunca había visto tanta sangre. Tanto rojo. Tanta muerte. Cuando llegamos al pueblo sólo vi ruinas y la catástrofe éramos nosotros. Los que llegan antes que nosotros jugaron fútbol con las cabezas de los decapitados mientras obligaban a la banda del pueblo, dos tambores y trompeta, a seguir tocando como si fuera festival. Y era desolación. Yo mismo sentí asco de mi.

Cuando yo le pregunto al abuelo por la guerra se le van los ojos y mira como si tuviera nubes que no lo dejan ver. En su cuarto hay medallas, olor a nafta y unos uniformes que la abuela todavía planchó hasta el último día como si se los fuera a volver a poner. Mi mamá me enseñó que el abuelo es un héroe. Que nosotros tenemos mucho que agradecerle. Que el Presidente le dio la mano cuando lo conoció y que en la casa hubo fiesta de varios días cuando regresó.

Éramos crueles, éramos despiadados, nos tenían miedo porque siendo los buenos éramos los más malos. Un buen equipo de limpieza siempre se ocupa del trabajo sucio. Llegamos al pueblo a buscar a los últimos bandidos. Nos dijeron que andaban allí escondidos. Todos, todos, todos eran bandidos: ¿la más anciana? la más bandida ¿el niño más joven? el próximo bandido. ¿Campesino? ¡qué va! Era bandido. Todos eran culpables y nosotros éramos la justicia. Yo me lavé las manos, lo juro, pero la sangre no me salía. Ahí me empezaron a decir loco.

Mi abuelo es un tipo extraño. Hay noches en las que llora como un niño. Hace un tiempo que no quiso volver a misa y eso que antes iba todos los días a confesarse yonosédequé. Más camandulero el viejo… ¿a qué hora iba a pecar si ya ni salía de la casa? El cura lo extraña, hasta va a la casa a darle vuelta, la gente del barrio lo quiere mucho,  mi mamá dice que hay que sentirse orgullosos por el abuelo. Porque él hizo grande este país. Odio cuando empiezan a hablarme así.

Yo me quería morir ahí mismo. Yo quería que el capitán también me matara. ¿Usté esques güevon? Me dijo el tolimense. ¿no ve que usté es el mejor tirador? A usté le van a dar medalla. Y sí, me dieron medalla y condecoración. Nosotros acabamos con todo un frente. Eso decían. Hubo días en que me sentía Dios, pero después de esa tarde, de ver los ojos  con que me miró el último niño que maté supe que ya no podía volver. Pero volvimos.

A mi abuelo, el día menos pensado y sin aviso, le dio una enfermedad que lo volvió otro: es el mismo cuerpo pero no es el mismo tipo.  Lo atacó el olvido. Alzheimer, eso fue lo que me dijo mi mamá: que él está ahí pero como que ya no está.

¿Volvimos a qué? Ya no me acuerdo. Puta cabeza esta. ¿Esta casa cuál es? ¿quién es este niño que me está mirando? Ahhh, el nieto –quibo mijo ¿Quién? ¿será que ya viene mi mamá? Cuando sea grande yo quiero ser soldado.

Desde que se enfermó el abuelo no volvió a llorar en las noches. Mi mamá dice que por fin duerme tranquilo.



martes, febrero 12, 2013

URGENTE, QUIBDÓ - MEDELLÍN 1966


El mundo era un lugar tan amplio
en aquel entonces
cuando lejos quedaba Lejos
y toda carta larga era corta.

El mundo era un lugar
en el que precisabas el eco
no el susurro
para que alguien te pudiera escuchar.

Inventamos palabras para acercarnos
Marconi dices tu, yo digo fax.
Inventamos palabras para pronunciar el amor
en tiempos de guerra.

Escribimos con humo y tinta
señales de nuestra existencia.
Aturdidos de cielo y silencio
buscamos en letras el rastro de un rostro.

No soy digno de que entres en mi casa
pero un beso tuyo bastará para salvarme.
Urgente, dice el sobre
que trae el mensajero de paso lento

Hay camas llenas de vacío,
papeles arrugados,
telegramas desvaneciéndose…
Alguna vez el amor fue amor.