viernes, julio 14, 2017

QUERÍA HABLARTE AL OÍDO. O AL CORAZÓN.





La escuché.
Hablaba con la voz de los callados
es decir; un silencio pastoso salía de su garganta
que luego era palabra
apenas audible.
Pero afilada.

Hay murmullos
que son furia y tormenta
y tornado
y aleteo de mariposa.

Discreta desolación.

Una guerra ha terminado.
La escuché.
En la calle
no hay mares de gentes
celebrando.
Tantos
le tienen miedo a la alegría.
Aquí han asesinado el entusiasmo.
Entre todos sus crímenes
este ha sido el más refinado.

He vuelto a ver
al niño ciego
que me pregunta
¿de qué color es el viento?