domingo, mayo 31, 2009

(5to Congreso Internacional para víctimas del terrorismo, en Medellín)

dos días a bordo de la palabra Víctima

Las víctimas estaban reunidas también para llorar al escuchar su propia historia repetida en otros nombres con otras voces y el mismo dolor. Las mujeres de aquí dicen lo que no cuenta nadie más porque el silencio se quedó a vivir entre los muertos. En sus ojos encuentras la misma mirada que guarda a la vez tristeza y valor. Las cámaras buscando la sonrisa de los príncipes de España mientras las lágrimas empañaban algo más que el corazón. Amenazados, heridos, sobrevivientes, traumados, exsecuestrados, desplazados, rotulados, parias todos del nuevo siglo aquí se han encontrado bajo la bandera de los sin bandera y muchos con la duda como certeza.

Aquí se encontraron los invisibles para ser vistos, los que están por doquier, llegaron de la Ruanda de hoy y del Chile del pasado, llegaron de tantos lugares en los que pretenden un mejor mañana, salidos de adentro de todo calendario que empieza en 11 de un mal mes y de geografías que sólo están en el mapa de las malas noticias.

Esta es la casa de las heridas abiertas.

Su cicatriz se llama memoria.