sábado, agosto 30, 2008

(viendo viejos videos)

Stay (faraway so close!)


Susurran palabras al oído. Palabras que son silencio puro. Win Wenders los mira como ángeles que llevan el mensaje de un dios que ha muerto. Cambian sus alas por un plato de lentejas, cambian sus alas por un poco de dolor, cambian sus alas por un poco de color para sus ojos cansados de una eternidad en blanco y negro. Berlín no es el paraíso pero están allí con sus largos gabanes de invierno y frío buscando un bar donde puedan maldecir en paz. El Muro ya no está pero es cierto que aún los divide el recuerdo, no es verdad que todo cambie con cambiar un nombre. Los ángeles han conocido el rojo sólo después de las gotas que sangran en la herida abierta. Los ángeles susurran palabras que nadie escucha. Bono encuentra su más sincero falsete persiguiendo la próxima nota tan alta como un cielo sin santos. La música sigue en el aire.

Alguien dirá: “sólo es una canción”. Pero es suficiente.

martes, agosto 26, 2008

(ciertos versos ciertos)


No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
­como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
­envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

-de Poemas póstumos, 1968-


Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-1990)

lunes, agosto 18, 2008

Mudanza

"Empacar es condenarse a hacer memoria. A releer los anillos del tronco."
(Andrés Burgos, Mudanza, pág 179)

lunes, agosto 11, 2008

(Georgia vs Rusia / Games without frontiers)

Fuegos Olímpicos

La llama en el pebetero. En el pecho la medalla. En el rostro el esfuerzo. El cansancio en el músculo. Los aros por todas partes. La competencia en el satélite. El podio en la mira. Las banderas en el asta. Los himnos al aire. La lágrima sin medalla ni podio. la gloria en El Nido. En la pista el récord. La tribuna llena en el estadio. El aplauso cerrado en el coliseo. El silencio en las justas... Y una delegación en fuga: Georgia llega y pronto se va, ya no defienden a su patria demostrando fuerza y velocidad sino que desertan de la Olimpiada para entregarse a una guerra relámpago que promete dejarlos sin país y con menos vida. Los atletas se van y cambian tenis por botas, olivos por fusiles y se declaran listos a enlistarse aunque presienten que sólo les espera la derrota en forma de bombardeo porque esta vez pierde david contra goliat. Olimpic Soldiers. Rusia sonríe como quien sabe que no habrá sanción para este doping. Qué triste es esta certeza: son prematuros todos los finales cuando empieza una guerra.

miércoles, agosto 06, 2008

(diario de guerra)

Despertarse a disparar…

“matar gente se vuelve un vicio, como meter perico o fumar marihuana”.
H H (comandante paramilitar)

El hombre de las dos letras mudas tiene números de horror: dirigió dos frentes paramilitares y sumó tres mil muertos según su confesión hasta ahora. A eso le llaman Exterminio pero aquí es anécdota que se esconde fácil bajo la historia del matrimonio del hijo del Presidente o de algún asunto de farándula fácil de fotografiarse con otra polaroid que también se desvanecerá con el siguiente chisme. O con las imágenes exclusivas de una operación de inteligencia militar que por estúpido ingenio comercial alguien decidió publicar.

El hombre de las dos letras mudas habla cada día en voz más alta porque (dice) quiere que le escuchen la verdad pero le han respondido con la autorización de extradición. Dice que con su partida las únicas víctimas serán las víctimas por que nadie les dirá del destino de sus muertos ni de quienes ayudaron a que no respiraran más.

El hombre de las dos letras mudas tiene en sus ojos una extraña serenidad porque se acostumbró a la costumbre de matar y él mismo (dice) no se ha podido dar paz: le pidió perdón a cinco madres de desaparecidos y una de ellas sólo le dio un No… “Como me va a perdonar una madre por el hijo que le quité si ni siquiera me perdono yo”. H H habla de su vicio pero no de su desintoxicación. H H habla de la geografía de las masacres que cambió todo paisaje y ahora menciona a los políticos que le supieron ayudar “Hay políticos que nos buscaron y nosotros buscamos políticos también. Usted sabe que llegar al poder es muy bueno y los políticos hacen cualquier cosa para llegar al poder” Pero dispara nombres más lento que balas con su fusil. Dice que entró a secuestrar adentro de las brigadas militares y que en sus manos apareció el verbo desaparecer por exigencia de los que ayer fueron sus aliados con idéntico camuflado. El río cauca se hizo río sa(n)grado. Cumplidos veintiocho años empezó a matar y aún no tiene cuarenta de nacido el mismo que tanta tristeza ha repartido.

El hombre de las dos letras mudas viajará en el siguiente avión, se vestirá de naranja, nadie le dirá asesino y nadie le preguntará por el oficio del depredador, sólo hablará de kilos y rutas y cambiará años por datos, le recompensarán la ayuda con el derecho a su fortuna hecha sobre la sangre de los miles que desapareció y cruzará una puerta de salida con nueva identidad. Para él (no para las madres de la plaza) volverá a brillar el sol. Y envejecerá libre.


Entrevista al periódico El Espectador:
http://www.elespectador.com/impreso/judicial/articuloimpreso-hh-se-confiesa