(pequeño cuento)
PARTE DEL AIRE
Aeropuertos del corazón… entra un vuelo, salen dos. Esta es la canción de las despedidas que no dicen adiós. Estoy en la vecina orilla donde empieza el mar de la caricia que nunca se olvidó. La ruta de los mapas perdidos ha encontrado nuevos caminos y eso es justo lo que debía ser. El planeta sigue con su manera sutil de girar y llevarte del frío al calor, del nunca al jamás, del siempre al quizás. Todos los días los mismos minutos que llegan son los segundos que luego se van.
Desde la pequeña ventana veo los aviones despegar y en su vuelo algo de mí también se va, siempre espero entonces que lo que ahora cruza el aire sea un boomerang y tenga la confianza al irse de pensar en regresar a sitios donde el afecto nunca les pedirá visa para volver a este corazón; aquí nadie les dirá que ya no están, porque conmigo sigue todo lo que alguna vez aprendí a querer… porque me habitan incluso las ausencias.
Cielo despejado, todos los vuelos están autorizados, turistas de la emoción bienvenidos welcome, en la pista de aterrizaje alguien está por despegar, las luces están encendidas, calma: life vest under your seat -chaleco salvavidas bajo tu asiento-, si la vida es el viaje el viajero sos vos... eso siempre lo has sabido, también aquel que algún día habrá partido encontrará tiquete sin reservación para este abrazo que guardo y doy porque es tan tuyo como mío.
Aeropuertos del corazón… entra un vuelo, salen dos. Esta es la canción de las despedidas que no dicen adiós. Estoy en la vecina orilla donde empieza el mar de la caricia que nunca se olvidó. La ruta de los mapas perdidos ha encontrado nuevos caminos y eso es justo lo que debía ser. El planeta sigue con su manera sutil de girar y llevarte del frío al calor, del nunca al jamás, del siempre al quizás. Todos los días los mismos minutos que llegan son los segundos que luego se van.
Desde la pequeña ventana veo los aviones despegar y en su vuelo algo de mí también se va, siempre espero entonces que lo que ahora cruza el aire sea un boomerang y tenga la confianza al irse de pensar en regresar a sitios donde el afecto nunca les pedirá visa para volver a este corazón; aquí nadie les dirá que ya no están, porque conmigo sigue todo lo que alguna vez aprendí a querer… porque me habitan incluso las ausencias.
Cielo despejado, todos los vuelos están autorizados, turistas de la emoción bienvenidos welcome, en la pista de aterrizaje alguien está por despegar, las luces están encendidas, calma: life vest under your seat -chaleco salvavidas bajo tu asiento-, si la vida es el viaje el viajero sos vos... eso siempre lo has sabido, también aquel que algún día habrá partido encontrará tiquete sin reservación para este abrazo que guardo y doy porque es tan tuyo como mío.
En la sala de espera de este aeropuerto no se escribe goodbye en la cartas, sólo hastaluegos para el próximo después, todos los hoteles son de paso. Aeropuertos del corazón… entra un vuelo, salen dos.