miércoles, septiembre 10, 2008

(Informes de la infamia)

CUESTIÓN DE ESTADÍSTICAS


Fueron veintidós, dice la crónica
Diecisiete varones, tres mujeres,
dos niños de miradas aleladas,
sesenta y tres disparos, cuatro credos,
tres maldiciones hondas, apagadas,
cuarenta y cuatro pies con sus zapatos,
cuarenta y cuatro manos desarmadas,
un solo miedo, un odio que crepita,
y un millar de silencios extendiendo
sus vendas sobre el alma mutilada.
(Piedad Bonnet)

La masacre de Trujillo, la masacre de El Salado, la masacre de Bojayá... la masacre que fue y la que vendrá. Y por algunos poros de la piel del dolor se cuela como tibio rayo de luz un poco de verdad. Por estos días se publican, ante los ojos que no quieren leer, los informes sobre el más pesado pasado que cuenta (con sangre de quién) cómo se escribe la historia que no entrará en libros de historia. Las clases de geografía que nos enseñan que existen lugares que sólo son visibles cuando se encuentran -en el mismo mapa- el olvido, la violencia y un asombro lleno de sombras. Unos asesinos celebraban con música en vivo cada muerte, cada ejecución, perpetrada cada hora durante dos días en el pueblo. Otros asesinos, en otro pueblo, jugaron al más bárbaro fútbol pateando sobre arena roja una cabeza recién cortada. Distintos asesinos, en distinto pueblo, brindaban mientras sobrevolaban para ver volar en astillas una iglesia donde buscaron refugio más de cien personas orando a un dios que -otra vez- no escuchó. Pequeño gran cuentito de horror es este enunciado de nombres que nadie nombra, de personas que se han convertido en números que rara vez cuentan… la palabra masacre ha pintado el cielo más ocre sobre el campo colombiano y ha puesto aún más oscura tu mirada. Carreteras cerradas por el ejército mientras allá a lo lejos el infierno está cerca y nadie puede socorrerlos sin autorización. El dinero enviado para la reparación de las víctimas que nunca llegó. Ricas tierras vendidas barato. Un pacificador sin paz en la conciencia. Tan manchada está la mano del cómplice como la del que disparó. Y tantas ausencias sumadas que, como diría Piedad Bonnet, son Cuestión de Estadísticas. Estoy seguro que esta vez la matemática no es una ciencia exacta.

6 comentarios:

  1. Yo tenía más o menos 10 años cuando mi Viejo y mi tío me llevaron a un paseo que luego se me hizo inolvidable.
    El pueblito era minúsculo, paro toda le gente, toda, era encantadora.
    Había caballos y gallinas, una cantina para todo el pueblito y una iglesia y un granero y una tienda donde vendían cigarrillos y chocorramos.
    Sólo una vez estuve allí y lo recuerdo como algo encantador.
    No me quedaron fotos del sito, no había cámaras digitales y los rollos se guardaban exclusivamente para las celebraciones familiares y las salidas al mar, pero la imagen me quedó marcada.
    No volví jamás al pueblito pero pude verlo una vez más, por televisión.
    El Aro, en Ituango, había sido arrasado a sangre y fuego por los paramilitares. Y no quedó nada. Ni gallinas, ni caballos, ni gente.
    Yo tampoco, querido Juan, podría confiar en que la estadística me contara bien esa historia.

    ResponderBorrar
  2. Y lo más triste de ese cuento triste es que se está repitiendo en otras geografías. México hoy ha contado no sé cuántos muertos... Triste vida la del hombre si vive para dar la muerte.

    ResponderBorrar
  3. ey!, que dolor sentir que hay lugares que nunca podremos volver a visitar, es más hay lugares que nunca podremos visitar, lugares que no tuvieron que quitarnos de la memoria porque no existen, mientras tanto la historia la vemos y la escuchamos a medias, y -no-(s) la cuentan los mismos que nos la quitaron, como por ejemplo ese que ya no sabe cuantos muertos lleva a cuestas. Igual como los que tendán la tarea de educar a este país son terroristas según dicen algunos..., en fin que nudo se hace en los dedos que no me deja expresar lo inexpresable la impotencia. Una vez más no fue en vano pasar por acá...

    ResponderBorrar
  4. Anónimo11:46 a.m.

    no es solo cuestión de estadísitcas... a ratos es cuestión de ética, lástima que pocos sepan bien de qué hablan cuando hablan de eso...
    M.

    ResponderBorrar
  5. Hola:
    Gusto leerte nuevamente! Te extrañaba desde lejos...
    Hoy , nuevamente... solamente...
    crispar mis dedos, tensar mi cuerpo y en el recuerdo destilar lágrimas amargamente sentidas....
    Antes, luego, mientras, mañana... sigue el cuento sangriento y la tierra bebe lo que los hombres derraman!Empachada de sangre!
    Impotencia, dolor, odio, venganza, espero al final poder poner la palabra que me ha sostenido todos estos años.. "esperanza".
    Cuídate mucho.
    Chabela.

    ResponderBorrar
  6. nada que hacer
    ya con la humanidad negada,

    todos som@s falsos

    y nos dividim@s

    entre Positivo / Negativo,

    por fortuna:

    - con - da +

    ResponderBorrar