lunes, mayo 17, 2010

(letras sueltas)

RECUERDOS DE LA INOCENCIA

Los días venían silvestres, me esperaban millones de tardes sin estrenar, el día bautizado como "hoy" no era un eco repetido de otro que llamamos "ayer". De pequeños nos esperaba al despertar la tranquilidad que da la ignorancia. 
Nadie nos había dicho que no había un manual para vivir,  porque aún no se nos había ocurrido preguntar si algo así existía. Me parecía igual el nombre del Presidente que el de un Ministro porque los confundía de la misma manera que las capitales de países que ya no existen. Recuerdo que la guerra era una palabra que servía para enumerar la historia: porque la historia era una enumerción de guerras (según me enseñaban). Todas mis preocupaciones tenían el tamaño de mi cabeza, es decir; eran pequeñas. Aún así: eran monstruos de mil cabezas para mi. Pero tenían una virtud: podían desvanerse mientras dormía.  

Un día las preocupaciones empezaron a acompañarme al día siguiente.

Creo que crecer es comenzar a despertarse también con los tormentos de ayer.







5 comentarios:

  1. En las "fotos del ayer" como sabiamente cantaban Los Cómplices, "yo era la princesa con poder
    de enamorar al capitán..."

    Tiempos que vuelven cada vez que cierro los ojos y veo la cara de mi mamá... Las sensaciones no nos las quita nadie (benditas sean!)

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  2. ... o crecer podría ser también encontrar la fuerza para deshacernos de algunos de los tormentos de ayer.

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  3. miguel9:57 a.m.

    Por que el cielo no es un esado en que se dan todos los positivos sin ningun negativo, sino el estado de entendimiento de las no-oposiciones o de la no-dualidad...

    La falsa imaginación enseña que cosas tales como la luz y la sombra, lo largo y lo corto, el blanco y el negro, son diferentes y debesn ser diferenciadas; pero no son independientes la una de la otra; son sólo aspectos diferentes de la misma cosa, son términos de relación, no de realidad. Sus condiciones de existencia no son de carácter mutuamente excluyente; en esencia, las cosas no son dos, sino una.
    En el momento en que desaparezcan las dualidades, que todo es uno, que ayer hoy y mañana es la misma cosa, la preocupación desaperecerá, regresará la ignorancia (la libertad) del niño.
    (de la conciencia sin fronteras de Ken Wilber)

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  4. Así lo creo, como también que los tormentos de ayer son los que nos hacen crecer. Es dicícil, siempre he pensado que crecer es buscar el camino a la sabiduría; no esa del tipo en la cima de la montaña, sino la de los hombres que se equivocan, aprenden y continúan. Se me ocurre mencionar a Leonardo el de las hermanas de la misericordia.

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  5. bendita amnesia, que bueno que el tiempo moldea nuestros recuerdos hasta volverlos cancion,
    aunque tambien vivimos canciones...

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