martes, abril 22, 2008


TRANSMISIONES DE RADIO A.M.


No se conformó con ser uno de tantos y se permitió ser uno de tontos. Recibió casi con agrado un empleo como locutor de emisora tropical con la obligación de ser feliz a la hora de decir la hora ante el micrófono y anunciar la próxima canción que, en la cabina, hacía más insoportable el calor (-con razón le llaman Música Caliente, pensó). Y pasaba añorando más que nada un ventilador. Odiaba lo que hacía, lo sabía, y ahí radicaba la raíz de la tontería. Y sin saberlo, era (como suele suceder con las radios) una invisible compañía (-un ventilador, por dios, un ventilador…). El viento de la noche hacía más fría esa soledad de las horas dormidas en que su oficio de celador le imponía la poco dulce obligación de permanecer despierto soñando con la tranquilidad de otros que no era la suya. Ahí, afuera del gran edificio de la radioestación, tenía un pequeño radio desde donde siempre salía una fiesta que nadie bailaba, porque con tan bajo volumen nunca hay fiesta y menos con esa interminable tanda comercial, entonces decidía buscar noticias (-¿será que liberaron más secuestrados?) pero las noticias suelen ser un reporte continuo de pequeñas desgracias que te hacen más infeliz, entonces volvía con un pequeño giro del dial a la alegría portátil de su emisora tropical donde todavía se podía ser ingenuamente feliz.

-Feliz noche, decía el locutor en la puerta al salir de su turno nocturno. Aunque estaba lejos de ser feliz.
-Feliz noche, contestaba sin mirar el celador del edificio. Aunque estaba lejos de ser feliz.

Ninguno de los dos notó que ambos silbaban, discretamente, la misma canción.

3 comentarios:

  1. ey!, esta si que es una compañía casi invisible, y digo casi por lo reales y cercanas que se me hacen estas palabras que aquí se escribieron.

    Que sigan los aguaceros, sin importar de que lado estemos de la ventana.

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  2. La radio, esa putita hermosa que nos ha hecho trasnochar a tantos, descubriendo, soñando, esperando...

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  3. Hay algunos que se fugan con la radio, otros que viven con ella.
    Yo siempre que pienso y sueño despierta a mi papá lo veo regando matas y la radio de fondo...
    Namarí

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