En la fila de jubilados, en el banco, a un
anciano le suena el celular con timbre de Ricky Martin. Se lo dio su
nieto, de quien no volvió saber nada desde que estaba de moda esa
canción. No la cambia, no es porque no sepa cómo (que tampoco sabe pero
podría pedir ayuda) sino porque espera que un día detrás de la música de
Ricky Martin pueda escuchar en la llamada la voz del nieto.
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