martes, junio 10, 2008

(lo que ves en tevé)

El Cartel

Un disparo, dos disparos, tres caletas, cuatro cargamentos, cinco disparos, seis paquetes, siete sapos, ocho explosiones, nueve fincas, diez padrenuestros, papá... ¡coronamos hijueputa! La historia de este país la están contando del lado equivocado, que también es el lado acostumbrado: desde atrás del gatillo y no después del cañón. Aquí hablan los verdugos y callan las víctimas porque pocos escuchan la voz de los ausentes.

Ahora está de moda en Colombia poner el televisor cada noche para ver El Cartel, adaptación de un libro escrita por su autor para la tevé. El libro se llama “El cartel de los sapos” y el autor pasó de narco a guionista después de pasar pocos meses en una cárcel de Miami antes de convertir su discutible testimonio en best seller conseguible en cada semáforo. La historia de un delator que subió a mano derecha del cartel del valle, casi omnipresente en las guerras contra Escobar y entre los carteles y partícipe en la seducción de la corrupción que convierte en malos a los (pocos) buenos policias y quien todo lo logra a pesar de su alergia a disparar. Probó “finura” sin que nadie le pregunte cómo, sólo su ochentera ropa fina lo retrata. Andrés López López se llama (¿por qué nadie lo conocía si estuvo a la diestra de cada extraditable del Cartel del Norte del Valle?) Esta es la nueva versión de la realidad que los jóvenes que no crecieron al arrullo de los carrobombas están dispuestos a aceptar. No falta quien crea que todo lo que se ve en la pantalla es verdad. La ingenua ignorancia siempre tiene pereza de preguntar. Incluso si la mujer de sus sueños orina de pie.

Si pasas los ojos sobre la lista de los libros que popularmente se llevan a casa encontrarás que (salvo la bella excepción de El Olvido que Seremos de Héctor Abad) la regla confirmada es que la biografía nacional la redacta el que escribe con sangre y no con tinta su visión particular. Son literatos consultados el traficante, el guerrillero, también el paramilitar y el computador con copyright que acaban de incautar. Si lo veo bien hay poco de que lamentarse; lo que sucede hoy sólo es una consecuencia natural del morbo tradicional que privilegia el chisme antes que el argumento racional. Pero hoy, como nunca antes en esta violencia que no nos deja dormir y nos acecha al despertar, la voz de los callados –o mandados a callar- también se ha empezado a escuchar.

Dicen que la historia la cuentan los vencedores. Pero esta batalla la han perdido ellos; en sus cárceles y en sus tumbas, en la riqueza pasajera del dinero sucio está la demostración. Si, en esta necesidad de escuchar la Verdad, creemos que la luna sólo ilumina con su lado oscuro entonces habremos perdido todos…

PD/ Tres libros que pueden ayudar a entender la Colombia contemporánea en la que nos tocó vivir y resucitar: “Jamás Olvidaré Tu Nombre” de Patricia Nieto, recoge testimonios de víctimas de la violencia paramilitar escritos por ellos mismos luego de talleres de duelo. “Profeta en el Desierto” de Alonso Salazar, reconstrucción de los últimos años y muerte de Luis Carlos Galán justo antes de llegar a Presidente. Ah, y ya lo dije: “El Olvido que Seremos” de Héctor Abad Faciolince contando a su padre asesinado el médico defensor de los Derechos Humanos Héctor Abad Gómez.
Bonus Track: “El Palacio sin Máscara” de Germán Castro Caicedo, viaje a la intimidad del enigma que fue el holocausto de la toma y contratoma del Palacio de Justicia hace veinte años…. Algunos libros llevan adentro más certezas que “mil investigaciones exhaustivas” juntas.

12 comentarios:

  1. Pereza de preguntar y pereza de leer.
    Pereza que se traduce en perpetuación de la amnesia.
    Amnesia que convierte a nuestro charquito de sangre con dos océanos, tres cordilleras y dos selvas, en el escenario de la ignominia más artesanal.
    Ignominia que se ve en las iglesias donde todos dicen ante un Cristo crucificado "mea culpa" y salen a crucificar al primero que se encuentran.
    Olor a carne fresca en el país donde reina la desvergüenza y el látigo y donde la inmensa mayoría están dispuestos a romperle el rostro a su oponente para que así siga siendo.
    Historia contada por los verdugos: la peor de las opciones. Sólo falta para completar la receta vomitiva, que esa historia caiga en los oidos vírgenes de quienes, por pereza, prefieran creerle a cualquiera de los que tienen las manos ensangrentadas, que a un empolvadito libro de historia o a un olvidado DVD de Jaime Garzón.

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  2. Anónimo9:15 a.m.

    Juan, Pala, no necesariamente la historia contada por los verdugos es la peor de las opciones. Dos ejemplos: Verdugo de verdugos, de Fabio Restrepo -el mismo de Sumas-. Indispensable para entender hasta dónde la gente es capaz de llegar por su barrio. Por los suyos. Y otra más, desde luego muchísimo mejor que la anterior. Una que mereció mejor suerte: El crimen del siglo, de Miguel Torres. Un novelón estupendo -contado desde la perspectiva de Juan Roa Sierra- sobre cómo un pobre diablo se convierte en verdugo de patriarca y sobre cómo este verdugo se transforma en pretexto de un desmadre que empezó en el 48 y que todavía sigue. Y al que mucho le falta. La encuentran en la Librería Nacional.

    Saludos,
    Andrés M.

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  3. El poder que se perpetúa - incluso en la culpa, la mea culpa y la disculpa - no deja de ser poder. Cuenta su historia y la cuenta como se le da la gana, pero la cuenta el poder para poder controlarla.

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  4. Anónimo10:29 a.m.

    PALA/...ombe, cómo no, Jaime Garzón ¿habrá que explicar que hubo vida antes de La Pelota de Letras del otro Andrés López?

    ANDRES M/ Coincido con vos en la importancia del relato desde ese otro lado, pero también soy sonsciente que el victimario se redime a sí mismo en su versión. El ejercicio de "El Crimen del Siglo" me parece estupendo pero no es Roa Sierra dejando un testamento kamikaze justificando por qué mató a Gaitán como chico en escuela gringa o musulmán antes de autoinmolarse... es lo recogido por Miguel Torres y allí hay una construcción: Jeckyl acercándose a Hyde. Yo, personalmente no creería que la biografía oficial de John Lennon deba ser escrita por Marc Chapman (aunque me daría morbo cierto capítulo) y a eso me refiero con la ligereza con la una público amplio asume como verdad indiscutible este tipo de material.
    De hecho la misma Patricia Nieto publicó un volumen posterior con relatos de los desmovilizados, textos crudos y sentidos sin adjetivaciones ni sublimación del acto críminal. Lecturas, como las que vos decís, necesarias.

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  5. Anónimo10:34 a.m.

    JUAN ZAPATA/ A mi, sin apologías subversivas, me gusta una canción de Pedro Guerra que se llama "Contra El Poder" ¿la has escuchado?

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  6. Juan, es fuerte... muy fuerte leer tus palabras y como si fuera poco respirar en ellas la verdad purísima y de primerísima agua.
    Quisiera responder con un comentario inteligente, como otros amigos que compartimos con gusto tus ideas en este tu blog; pero te respondo desde mis sentires y te digo dos cosas que cada día me hacen pensar más profundamente en la historia de esta hermosísima y "golpeteada" América Latina y por otro lado me sale la señora mayor y mamá protectora y pedirte que te cuides hijo. Que siempre esté asegurado el sendero por donde tu pises... es el deseo de tu amiga argentina.

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  7. Estimado Juan, lo interesante es que la historia se pueda ver desde distintos lados y no necesariamente es que haya un lado equivocado.

    Y no sólo hay que escuchar contra el poder de Pedro Guerra. A él hay que escucharlo todo.

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  8. Anónimo10:41 a.m.

    CHABELA/...gracias por el cariño & el buen deseo, aquí se recibe con amor entero.

    ESTEBAN/ cualquier lado si es asumido como único está equivocado, la mirada diversa que junta & suma es la que da riqueza, pienso. Y es maravillosa la posibilidad de discrepar en paz, cosa que a veces es difícil en nuestro lugar, vos sabés... y estoy contigo: por ahora sólo nombro una guerra necesaria: Pedro, entero. Desde Golosinas hasta Vidas

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  9. ey!, me parece bueno que la historia se siga escribiendo detrás del gatillo, esto siempre y cuando sea del gatiyo de las escopetarras de Cesar Lopez.

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  10. en este pais la historia y las historias quedaron en las manos del raiting hace mucho tiempo...

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  11. Con versión en cada semáforo y todo, El cartel de los sapos vendió en los primeros tres meses cerca de 30 mil ejemplares: un superventas en todo el sentido colombiano del término, apenas superado, en el último año, por el libro de Pinchao y el de Virginia Vallejo. Ah, y por El olvido que seremos. Eso es lo que le gusta leer a la gente: la grifería de oro, la modelo en la orgipiñata del mafioso, el policía que recibe el sobrecito... qué pena. La serie ni la he visto, qué pereza. Qué pereza la historia de siempre, qué pereza Manolo Cardona, qué pereza...

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  12. Anónimo11:09 a.m.

    Cuando el dinosaurio desperto y vio que el guion de Colombia lo seguian haciendo los narcos se echo a dormir otra vez...

    ***
    Escribi un comentario al libro de Abad en mi blog:
    http://socioenlinea.blog.lemonde.fr/2007/01/05/apuntes-sueltos-sobre-el-libro-de-hector-abad/

    o-lu

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