miércoles, agosto 06, 2008

(diario de guerra)

Despertarse a disparar…

“matar gente se vuelve un vicio, como meter perico o fumar marihuana”.
H H (comandante paramilitar)

El hombre de las dos letras mudas tiene números de horror: dirigió dos frentes paramilitares y sumó tres mil muertos según su confesión hasta ahora. A eso le llaman Exterminio pero aquí es anécdota que se esconde fácil bajo la historia del matrimonio del hijo del Presidente o de algún asunto de farándula fácil de fotografiarse con otra polaroid que también se desvanecerá con el siguiente chisme. O con las imágenes exclusivas de una operación de inteligencia militar que por estúpido ingenio comercial alguien decidió publicar.

El hombre de las dos letras mudas habla cada día en voz más alta porque (dice) quiere que le escuchen la verdad pero le han respondido con la autorización de extradición. Dice que con su partida las únicas víctimas serán las víctimas por que nadie les dirá del destino de sus muertos ni de quienes ayudaron a que no respiraran más.

El hombre de las dos letras mudas tiene en sus ojos una extraña serenidad porque se acostumbró a la costumbre de matar y él mismo (dice) no se ha podido dar paz: le pidió perdón a cinco madres de desaparecidos y una de ellas sólo le dio un No… “Como me va a perdonar una madre por el hijo que le quité si ni siquiera me perdono yo”. H H habla de su vicio pero no de su desintoxicación. H H habla de la geografía de las masacres que cambió todo paisaje y ahora menciona a los políticos que le supieron ayudar “Hay políticos que nos buscaron y nosotros buscamos políticos también. Usted sabe que llegar al poder es muy bueno y los políticos hacen cualquier cosa para llegar al poder” Pero dispara nombres más lento que balas con su fusil. Dice que entró a secuestrar adentro de las brigadas militares y que en sus manos apareció el verbo desaparecer por exigencia de los que ayer fueron sus aliados con idéntico camuflado. El río cauca se hizo río sa(n)grado. Cumplidos veintiocho años empezó a matar y aún no tiene cuarenta de nacido el mismo que tanta tristeza ha repartido.

El hombre de las dos letras mudas viajará en el siguiente avión, se vestirá de naranja, nadie le dirá asesino y nadie le preguntará por el oficio del depredador, sólo hablará de kilos y rutas y cambiará años por datos, le recompensarán la ayuda con el derecho a su fortuna hecha sobre la sangre de los miles que desapareció y cruzará una puerta de salida con nueva identidad. Para él (no para las madres de la plaza) volverá a brillar el sol. Y envejecerá libre.


Entrevista al periódico El Espectador:
http://www.elespectador.com/impreso/judicial/articuloimpreso-hh-se-confiesa

10 comentarios:

  1. Aunque sea un vicio, ¿cómo hace para mirarse al espejo y verse como persona? ¿cómo hace para dormir y descansar? ¿cómo hace para creerse con derecho a una vida normal en otro país, como si viajar borrara su pasado? ¿pasado? ¿no era un vicio? ¿no es un vicio? ¿no seguirá siendo un vicio?

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  2. y todo seguirá cubriéndose de un manto oscuro y asqueroso, siempre habrá un matrimonio, un divorcio, un capturado, un golpe, un exabrupto internacional u opositor, y siempre vendrá la noche para que todos se vayan a la cama...

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  3. ey!, despertarse a disparar = un pais que ya no despierta más(...) -los puntos suspensivos son por la repiticón de casette-

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  4. LILI & UMBERTO/ ...y un día vendrá (no la impunidad) lo que mi pais necesita: El Perdón pero no El Olvido.

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  5. Diseñaron la Ley de J&P para que ellos hablaran, y, cuando por fin uno decide hacerlo, quienes la diseñaron ya no quieren dejarlo. En un error está la Corte, el Presidente, y la gente del común, cuando creen que con la extradición de H.H, habrá Justicia; así, en mayúscula. Y digo lo siguiente -a riesgo de ser crucificado-, H.H, ha sido el único de los postulados en J&P que está hablando. Y está hablando verdades, al ritmo que permite cada audiencia, con nombres propios y fechas, sin rodeos como los demás, verdades dolorosas, sí, pero también indispensables. He tenido la enorme fortuna de poder compartir con las víctimas y -Juan lo sabe-, lo único que reclaman es la Verdad. Ni siquiera la reparación económica les quita el sueño, quizá porque ya se les esfumaron. Y en esas confesiones, por demenciales que sean, hallan un pequeño paliativo a sus tragedias de espanto. De acuerdo, H.H, es un genocida, pero a este genocida lo necesitamos aquí, en Itagüí, dándole la cara a las víctimas, a los fiscales y a nosotros; que somos finalmente quienes contamos la historia.

    Hace un par de meses acompañé al comandante del bloque Calima, mano derecha de H.H, a buscar las fosas que dejaron en las montañas del Valle. Fue un recorrido de horror, pero los 21 cuerpos que encontramos -y que ahora se encuentran en proceso de identificación- representan un alivio para ese mismo número de familias que tuvieron la terrible suerte de cruzarse en su camino. Creo, y por consideración con los tres millones de víctimas de este país, que todos deberíamos levantar la voz e impedir que se lleven al asesino de las dos letras mudas. Y ojo; a confesado crímenes por los cuales no estaba siendo investigado y que ni siquiera reposaban en expedientes de la Fiscalía, y a propuesto, con una sabiduría que pasó desapercibida, que las grandes empresas que los apoyaron desde las sombras deberían contribuir de una vez por todas con la reparación económica.

    Saludos Juan.

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  6. Creo que estás errado Juan.
    En Colombia se acabó el paramilitarismo. Se desmovilizaron. Se incorporaron a la sociedad.
    ¿No lo supiste?
    Yo lo escuche en el noticiero y lo ví en la prensa.
    Lo dijo el Mesías. Y los mesías no mienten... ¿no ves que por eso se graduaron de mesías?
    Corregí. Tenés que corregir. !Qué vergüenza con los que nos devolvieron la paz y la tranquilidad nacional!

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  7. Anónimo5:05 p.m.

    Envejecerá con su culpa y con la condena que la ley jamás le sabrá dar.
    Viajara con sus ruinas y su infortunio, viajará con la sombras, con los dolores de lo que ya fue y pienso yo, que pasará su vida creando la realidad de su nueva identidad., que aunque nueva simepre estara manchada de sangre y dolor.

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  8. No creo en el resarcimiento de este tipo de culpables. Quisiera creer que les duele o que al mirarse al espejo sienten algo que les remueve la conciencia pero no creo. Com odejé de creer que tras la muerte se lograba la vida eterna.
    Hay una vida que es para vivirla, pero hay quienes se empeñan en imponer la fecha de la muerte aunque no toque todavía.

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  9. Anónimo11:15 a.m.

    se agradece esta entrada.

    o-lu
    http://socioenlinea.blog.lemonde.fr

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  10. Es el camino que debe seguir una sociedad que antes - de los 80 para atrás -, estaba perdida, era asesina, corrompida y febril... Pero ya, de los 80 para acá, la vaina se ha limpiado... los masacrados sobraban... ¿no ves?, ¡como hemos mejorado!

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