domingo, marzo 22, 2020

EL PARQUE, AÑO DOS MIL VEINTE

Se miraron después del primer beso con el vértigo que habita los descubrimientos. Nunca antes ninguno de los dos había besado a nadie. Había tanta ternura en esas manos que eran capaces de prometer, también por primera vez, que esto jamás sentido por ellos era para toda la vida. Chicos estrenando romance. Se despidieron con nerviosismo en el cuerpo, temblor en los pies y una sonrisa inolvidable.

Dijeron que mañana se volvían a ver ahí, en el parque.

Con urgencia desearon que mañana fuera mañana.
Y mañana llegó.
Y llegó con otras palabra que tampoco conocían, como lo que recién estaban viviendo; cuarentena por pandemia.

Al parque no llegaron ellos.
Ni nadie.

El segundo beso tendrá que esperar.



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