miércoles, enero 22, 2020

UNA CASA QUE TAMBIÉN ES UN PAÍS




En cada pared
un lamento,
en el piso frío
la muerte
fría.

Las ventanas
enseñan precipicios
por paisaje.
Caminas por el pasillo
de los espejos rotos
antes de pasar la noche
en el cuarto de las pesadillas
recurrentes.

Han deslizado un papel bajo la puerta;
otra amenaza,
garabateados con mala ortografía
están los nombres
que escribiste con afecto
en tu corazón.

Somos esta casa
con fotos colgadas
de Jesús Abad Colorado y Federico Ríos
en la pared.
Somos el patio
en invierno
del guayacán amarillo de Ethel Gilmour
y los cargueros de Beatriz González
proyectan su sombra
sobre nuestra tristeza.
Somos estos pasos descalzos
sobre el piso fundido
por Doris Salcedo.
Un poema de Piedad Bonnett
nos cobija.
Una canción de Marta Gómez
nos abraza en esta casa.

Una casa que también es un país
es el lugar en que pasamos la noche
esta noche
en el barrio
de los invisibles,
de los ausentes.




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